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02: "las noches son interminables"

02: "Las noches son interminables"

Max

27 de marzo

Cada día era más difícil salir sin ser atacado por la gente. Ya sean admiradores o detractores, de cualquier forma, la privacidad en mi vida era algo que ya no existía.

Era uno de los precios que pagaba por ser famoso, eso ya lo tenía entendido, pero aún así, no estaba al cien por ciento cómodo con esto.

Hay veces en las que simplemente intento salir a comprar o pasear en el parque junto con un amigo, o solo quiero tener un día tranquilo, y todas esas veces se ven interrumpidas por gente que me reconoce y se acerca respetuosamente a interactuar conmigo o gente que me acosa.

—Tu tía te trajo esto—me entrega una bolsa de papel—. Quería quedarse más tiempo, solo que la cafetería no se lo permitió, hoy le llega nueva mercadería. Y fue a supervisar todo—explica mamá cuando frunzo el ceño después de recibir el presente.

De igual forma, yo llegué tarde. Si por mí hubiera sido, le pagaba más al taxista para que me deje primero a mí, la otra chica no me importaba, en cambio yo tenía que llegar más temprano a saludar a mi tía.

—Gracias.

Con cuidado de no romperla, separo las dos partes superiores de la bolsa de papel y me sorprendo por lo que hallo en el fondo. Un cubo de plástico transparente está ahí; dentro hay una pelota de básquet, una pequeña, claramente. Parece ser de cuero falso color naranja. Tiene algunas firmas que logro reconocer, en especial una que es imposible que salga de mi mente, sonrío nostálgico por eso.

—Es de ustedes—comento y ella voltea un poco para ver a lo que me refiero.

Le da una pasada rápida al objeto que tengo en manos y asiente.

—¿Está la de tu papá? —no hay ni una pisca de emoción o cariño en su rostro, y eso me preocupa.

—Sí.

—Su firma era bonita, siempre quise saber cómo la hacía—se cruza de brazos.

Mamá amaba a papá, no tenía duda, y su pérdida fue una de la que más le afectó. Ella no era la persona más risueña del mundo, sin embargo, cuando papá estaba a su lado, la mayor parte del tiempo, sonreía. Era feliz con él, era esa luz que le daba a su vida, solo que esa luz se apagó, y tiene que vivir con eso.