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Corrí y corrí lo mas que pude, mis piernas lo daban todo pero parecía que no avanzaba.

Ahora es cuando me arrepiento de haber lanzado mi bolso con todo dentro. Por que lista para la escuela si soy, pero para tomar decisiones en la vida no tanto.

Casi llego, falta poco.

En verdad no quiero que nadie salga herido, no Peter, y no mi papá.

Unos metros mas, unos metros mas.

El viento corría por mi rostro y cabello, a mis pies ya les empiezan a calar los zapatos altos que traía puestos, mis pulmones estaban por explotar pero aun así seguía.

Tengo que saber, tengo que saber si el duende es mi padre. Si mi padre, mi papá se atrevería a hacer todo eso.
En mi corazón sigo pensando que no, que todos estos hilos con los que eh unido al Duende Verde y a mi papá son obra de mi imaginación, que solo los cree por querer ayudar a mi mejor amigo.

Por fin llegue.

Entre a las ruinas de la casa.
Había piedras, polvo y mucha basura.
Pude escuchar a mi padre hablando.

No, por favor no. Él no. Que no sea por favor.

Con temor camine hasta donde escuchaba las voces.
Esquivando rocas y ladrillos, supongo que terminaron de destrozar este lugar al pelear. Camino con dificultad, no quiero llegar a verlos.

Pase de lado una pared, por encima pude verlos, mi padre, era mi padre en el traje del Duende Verde. En verdad era él. Mi corazón se hizo pequeño.

Mi padre le pedía que fuera como su hijo mientras se ponía de pie con dificultad.
Peter estaba con media mascara rota, ensangrentado y muy golpeado.
En cambio mi padre estaba lleno de polvo, se veía golpeado y cansado.

Peter le respondió que él tenia un padre, Ben Parker.

-Buen viaje, Hombre Araña.- Dijo mi padre, con un rostro malvado, no era él.

-¡Peteer!- Grite con todas mis fuerzas al ver el planeador del Duende detrás de Peter, con unas cuchillas listo para encajarse en Peter.

Peter dio un salto, esquivando el planeador del Duende, pero este no de detuvo y fue a parar enterrado en el vientre bajo de mi padre.

Mi aliento se fue, deje de respirar y no pude moverme.

-Peter...- Dijo por ultima vez mi padre- Que no se enteren mis hijos

Al terminar de decirlo se desplomo sobre el planeador.

No mire a Peter, no hasta sentir como estaba frente a mi abrazandome.
Movio mi cabeza hacia dentro de su pecho oara que dejara de ver a mi padre.

-Él, esta...- No sabia ni que estaba diciendo. -Mi padre, mi papá, papi. Él esta muerto...

Y fue ahí, en los brazos de Peter en los que mi cuerpo se desplomo.
Rios de mis ojos comenzaron a brotar, mis rodillas comenzaron a fallar. Y mi garganta solo profesaba jadeos de dolor.

Mi papi en verdad había muerto.
Peter me sostenía, estaba de rodillas en el piso acompañada de él, quién estaba aferrado a mi tanto como yo con él.

-Lo lamento, lo lamento tanto...- Dijo Peter.

Había preferido otras mil formas de que terminara esta noche, no así.
¿Por que tuvo que ser mi padre?
De cientos de miles de personas que hay en Nueva York ¿por que mi papá?

Hubiera preferido incluso verle en la cárcel, pero no así, no muerto frente a mi.

Mi papá, mi papi.

Raisel Osborn // SpidermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora