Capítulo 2.

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Me coloqué el pijama para después ver el techo de mi habitación por un buen rato, son las cuatro de la madrugada y continuo sin dormir, me preocupa que Kevin no llegue ¿Qué pensará o hará? Sólo me queda esperar a su regreso. Debido a mi aburrimiento decido dar un paseo nocturno, de ese modo conoceré más mis alrededores, además ¿Qué me puede suceder?... dudo que me asesinen o algo así como en las historias de terror. Salgo de mi dormitorio y empiezo a pasear por los pasillos, pero un ruido del bosque que rodea al instituto llamó mi atención, así que salí a investigar que era; me adentre en lo más profundo del bosque. Después me percate de que habían unas luces extrañas y active mi visión de demonio para ver mejor, pude divisar a varias personas, pero él no estaba ahí, Kevin no estaba. Desactive mi visión especial y mis ojos volvieron a su color natural―verde―... me dispongo a regresar a mi cama, pero choco con un cuerpo extraño.

— ¿Qué haces aquí?                   

—Nada que te importe o ¿Sí?—  respondo fastidiada al muchacho de ojos púrpura, fácilmente me llevaba una cabeza de estatura.

—No te enfades, me pareció extraño que una chica tan linda estuviese sola a estas horas.

— ¿Linda? ¿No tienes otra cosa que hacer además de acechar a chicas?

—Yo no acecho chicas, pero créeme que por ti si lo haría― muestra una sonrisa tóxica.

—Seguro has de ser un violador pervertido que acecha chicas para así violarlas— le digo dando un paso hacia atrás.

—No deberías pensar eso de mí, no soy un violador, pervertido quizá, pero no violador o ¿Parezco alguno?― su voz denota peligro, pero no logro comprender el porqué.

—No lo sé, pero no deseo quedarme para averiguarlo así que me voy.... disfruta de tus victimas, violador —solté una risa cargada de nervios... ese chico me ponía los nervios de punta.

—No soy un violador, quizá lo parezca...― admite― no puedo dejarte ir― su mirada se endurece.

En ese momento me sentía arrinconada, me acerco a un árbol de ese bosque como si deseará acorralarme, seriamente pensé en gritar, pero ¿Quién oiría mis gritos en medio del bosque? Lo mejor sería golpearlo muy fuerte en sus partes intimas y así poder salir corriendo. Me encontraba hundida en mis pensamientos de si golpearlo y salir corriendo u simplemente arañarle el rostro de galán patético que posee, pero algo me saco de mis pensamientos, él me dio un amable beso en la nariz, vaya tipo más raro; seguramente le ha de gustar jugar con su presa antes de tirársela.

— ¿Tienes frío cierto? Tu nariz esta helada y no tienes un abrigo— roza su nariz con la mía para después recorrerme con su mirada.

—Eso es algo que no te importa, ahora si no te molesta ¿Me podrías dejar ir?...

—No— dice secamente.                

Estaba a punto de gritarle mil y un groserías, pero al sentir su chamarra en mis hombros me inundo la calidez.  Fue una estupidez de mi parte el salirme en pijama... sin abrigo alguno. Cuando iba a darle las gracias, él me tomo por las piernas y me subió en su espalda como si se tratara de un niño pequeño, él sujetaba mis piernas y yo lo abrace por el cuello para no caerme. Vaya que estaba teniendo suerte, jamás había socializado con nadie que no fuera de mi familia o los sirvientes de esta, pero con los pocos que lo había hecho hoy me habían tratado muy bien, aunque este chico me seguía dando desconfianza... Tiene cara de acechador sexual, un muy guapo acechador sexual, ¿Qué diablos estoy pensando? Debería golpearlo y correr, si eso haré.

—No te puedo dejar sola en pleno bosque, te llevaré a tu dormitorio― él muestra que sus intenciones no son malas―... no quiero que nada te pase— dice sin dejar de avanzar el misterioso chico.

El Reino Del Fuego #1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora