El Reino Del Fuego #1.

Capítulo 19.

"El fuego al igual que la vida se apaga, pero el amor jamás se esfuma".

El joven de cabellos azabaches me escruto con un halo de misterio, pero no exento de crueldad. Opte por ignorarlo y continuar con mi camino, pero algo en su mirada me parecía familiar, él me recordaba a alguien y ese alguien es Karin. Ahora no tenía tiempo como para quedarme a charlar con él, acelere el paso y lo encare, si él deseaba luchar conmigo... yo lucharía.

― ¿Cuál es tu nombre, pelirroja?

―Kenya Murray, lamento decirte que de momento no cuento con el tiempo necesario ni la paciencia para atenderte, estoy muy apresurada― me excuse por mi comportamiento y lo deje ahí parado.

Acepto que me presente de una forma despótica, el chico no tiene la culpa de mis problemas, pero realmente no me encuentro disponible... tengo que regresar la energía de los habitantes de mi Reino mediante la reactivación de la llama eterna.

Un látigo de llamas me hizo estrellarme contra el suelo, provocando así una posible ruptura en mi pierna derecha.

―Nadie me deja hablando solo― recalca el ojisangre en tono imperial.

¿Quién se cree que es? ¿Un Dios? Intento levantarme, pero no lo consigo. Mi pierna esta fracturada a causa del golpe, vaya que este chico tiene un buen dominio del fuego.

―Gracias por romperme la pierna― comento sarcásticamente.

―Ha sido todo un placer, mi nombre es Sira y soy un titán― se mofa.

¿Un titán? Primero el otro chico de cabellos blancos y ahora este, definitivamente hoy tiene que ser el apocalipsis. Mis pupilas se dilatan a causa del terror que siento al tener un titán enfrente... esto tiene que ser una pesadilla, se supone que los titanes se extinguieron hace mucho.

― ¿No piensas hablar?

― ¿A qué has venido a este Reino?

―No es tu asunto, basura― espeta Sira.

―No soy basura― replico sonrojada a causa del calor que él desprende.

―Infierno― lo último que veo es que abre su mano para después incendiarme.

¿Así moriría? Sola como siempre, sin nadie a mi lado... mis lágrimas caen al suelo sin piedad alguna esperando mi muerte, pero esta no llega.

―Si le pones un dedo encima a mi novia, juro que te mato― la repentina aparición de Kevin me ayudo a salir de mi estado de shock.

Él había recibido el impacto del ataque de mi adversario, su ropa estaba casi totalmente destrozada, sin mencionar sus horribles quemaduras... Kevin me protegió con su cuerpo.

―Que ternura, mataré a una pareja de enamorados― sonríe cínicamente.

Kevin se encuentra en un estado crítico, sin embargo desea luchar contra el titán, es como si no le temiera.

―Vete de aquí― bufo molesta.

― ¿Crees qué soy capaz de abandonarte? Dejarte aquí para que te maten sería condenarme a mí también, sin ti no soy nadie que valga la pena...

―No tenemos la oportunidad de vencer al titán, los dos sabemos que estamos muy débiles― digo con aires melancólicos―... si hemos de morir, quiero decirte que te quiero más que a nada― lo abrazo por la espalda.

― ¿Si hemos de morir? ¿Estás loca? No permitiré que te pongan un dedo encima, ya bastante me siento culpable por esa fractura que llevas en la pierna― él me voltea para que así los dos podamos mirarnos a los ojos―... lamento ser un gigoló, admito que no es correcto serlo, pero gracias a ti me eh estado convirtiendo en alguien "decente" y reconozco que te amo, eres lo más serio que eh tenido en mi corta vida― me planta un beso en los labios.