El Reino Del Fuego #1.

Capítulo 20.

Con suma lentitud me puse de pie y camine a la puerta para atender a nuestro respectivo visitante, en el camino pise accidentalmente a Joan y Will. Los demás no tardaron mucho en levantarse, al abrir la puerta se dejo ver el Profesor Eliud con unos baldes y trapeadores... eso no me dio un buen presentimiento.

―Buenos días.

― ¿Qué se le ofrece, Profesor?― pregunte cortésmente.

―Eh venido a traerles esto, ― me entrega los utensilios de limpieza― a ustedes les toco limpiar gran parte de los pasillos, el castillo debe de estar listo lo antes posible para el gran baile― añadió.

― ¿Y todos participaremos en la limpieza?

―Sí, inclusive la élite― responde.

―En ese caso sólo nos cambiamos y bajamos de inmediato― digo sonriente.

―No, bajen ahora mismo.

―Pero olemos mal y estamos mal vestidos― me justifico.

―No importa, todos andamos así― observo su vestimenta y noto que está teñida en sangre de la reciente batalla―... tenemos poco tiempo para limpiar el desastre que se ha hecho en Colmena, hay sangre por dondequiera y hasta paredes destruidas, a nadie le interesa estar mal vestido ahora― concluye Eliud.

―En ese caso hay que empezar con la limpieza― interviene Silvanna un poco más despierta.

―No tarden mucho― se despide el hombre de las nieves.

Todos tomamos un artefacto de limpieza y nos dirigimos a los pasillos para empezar nuestro trabajo, aun sentía mi pierna adolorida, pero el ver a los otros estudiantes cooperar con la noble causa me hizo sentir en familia.

― ¿Tú eres la chica que nos protegió a todos?― una chica de cabellos rosados salió de la nada.

―Sí, pero todos trabajamos duro.

― ¿Sabes que ahora te dicen el ave fénix? Eres la chica más popular del internado, has superado a Silvanna― dice emocionada la pelirosada.

―Nadie me ha superado, sigo siendo la más linda― se queja Silvanna.

―No hay que discutir, mejor hay que ponernos a limpiar― sugiero.

Yo me dedique a limpiar los pisos con una esponja y jabón para no molestar a mi adolorida pierna, los otros se encargaron de barrer y trapear cada rincón de las instalaciones de Colmena. Kevin permaneció a mi lado en todo momento, parecía querer cuidarme para que no me lastimara.

―El piso ya está seco―  anuncia Kevin.

Cinco horas nos había llevado la limpieza de los pasillos, mis brazos me estaban matando por tanto ejercicio.

― ¿Crees que podamos ir a descansar?― le pregunte.

― ¿Te duele algo?― me tomo el rostro con suma delicadeza y empezó a acortar la distancia.

―Tenemos que ir al salón principal para recibir las indicaciones del Director― Devian interrumpe el momento romántico.

―Ahora vamos― habla Kevin con voz ronca.

Él me permitió apoyarme en su cuerpo para que no me agotara al cojear, es desagradable tener que estar lastimada de una pierna cuando hay un baile por celebrar.

¿Kevin querrá bailar conmigo?

No demoramos en presentarnos en el salón principal, el lugar ya estaba decorado con hermosos detalles hechos de hielo... ese divino material me hizo recordar a Karin, ella no había llegado a dormir.