Capítulo 14.

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Temía por la seguridad de Kenya, bien o mal ella estaba en las manos de un Dios... de un muy desquiciado Dios. Nosotros los demonios no tenemos derecho a cuestionar las acciones de los Dioses, lo bueno es que se han ido extinguiendo con el paso del tiempo. Actualmente sólo quedan Hades y Loki ―que yo sepa―, no tengo nada en contra de ellos, pero detesto que abusen de su poder. Con la guerra que se estaba dando con Loki, posiblemente se den a conocer más de sus aliados, es decir, otros Dioses.

Sólo espero y Kenya esté bien, ella es fuerte y noble como un roble... aun así no está demás preocuparse por ella. Volaba por los aires, mis alas estaban cansadas de tanto movimiento, pero no me dejaría vencer por el cansancio. Divise a William detrás de mí, él era el más lento de todos porque llevaba a Joan consigo.

Joan no pertenecía a la especie voladora como la mayoría de nosotros, por esa razón tenía que ir junto a Will ―él la llevaba cargada―. Mientras tanto Karin era la que iba adelante guiándonos, ella no había omitido sonido alguno desde que partimos.

No sé qué día era, habíamos volado más dos noches seguidas sin descanso alguno. Desconocía el valle al que nos dirigíamos, pero eso no me importaba en lo absoluto... lo único que es trascendental es salvar a Kenya de las garras de Loki.

―Deténganse― ordeno Karin.

Aterrizamos en una bella pradera y nos estiramos un poco para descansar.

―Eres una traidora― se escucho un grito y después una sonora llamarada.

Era Kenya, estaba algo herida. Sus manos tenían varios cortes al igual que sus piernas y rostro... la estuvieron torturando.

― ¿Qué mierda te ocurre?― vocifero Karin por el ataque de Kenya.

―Tú eres la culpable de que mi Reino se esté muriendo― recrimino Kenya llena de rabia.

―Tranquilízate― intervine.

¿Cómo demonios quería que me tranquilizara? Karin nos había traicionado, ella era la responsable de todo. Loki me contó que ella sólo había entrado a Colmena por ordenes de Hades, su única intención era recaudar información sobre el Reino del fuego y poder robar la llama eterna. Karin siempre estuvo del lado del Reino del hielo y de Hades, ella dio el aviso para que robaran la llama eterna... yo siempre pensé que ella era mi amiga, pero no era así.

―Yo no eh hecho nada malo, incluso convencí a Hades para que ayudara a tu puto Reino― responde Karin a punto de estallar en furia.

¿Cómo podía ser tan hipócrita?

―Deja de mentir, maldita hipócrita― le digo―... lo sé todo, Loki me ha contado cómo nos traicionaste― escupo a Karin en el rostro.

―Él es nuestro enemigo, es obvio que intente ponerte en nuestra contra― dice Karin―... no me vuelvas a escupir, de lo contrario te arrancare la lengua― amenaza.

―Un Dios jamás miente, además tiene razón... ¿Es por eso que desde un principio me dijiste que me odiabas?

―Loki no es sincero, es peor que una serpiente.

La serpiente era ella, Karin. Loki era un Dios, él no podía mentirme, sin mencionar que también me mostro pruebas acusantes hacia Karin. Me mostro un pedazo de su vestido celeste que había "usado" en la fiesta de bienvenida y también me dio un guante ensangrentado. No necesitaba más pruebas para poder culparla, esas prendas eran suyas.

Ella no podía ser inocente, ciertamente me dolía en el alma su traición, pero no podía perdonarla... mi Reino estaba primero.

―Lárgate, no te quiero volver a ver― le grito.

El Reino Del Fuego #1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora