Años han pasado desde la Segunda Gran Profecía, los semidioses a pesar de las pocas esperanzas y expectativas han crecido y se han vuelto poderosos, todo marchaba bien para todos pues no habían tenido grandes batallas o pérdidas, todo iba bien excep...
Todos corrieron a sus posiciones, los Di Angelo y Angela corrían tratando de llegar a la bandera que tenían que resguardar, gritos asustadizos de la nueva semidiosa se escuchaban cada que se encontraban con algún miembro del bando contrario intentando detenerlos.
--¿Cómo hice eso?- dijo sorprendida Angela cuando logro ejecutar un movimiento que la llevo a quitarle la espada al semidiós con el que se enfrentaba mientras Nico y Adhara se enfrentaban a tres más, parecía que bailaban pues eran demasiado coordinados en sus movimientos
Eran la misma persona, la sombra del otro, siempre juntos... siempre cerca... siempre imparables.
--Es por eso la dislexia- dijo Adhara con un atisbo de cansancio en su voz a la vez que tiraba al semidiós
--Son nuestras habilidades de lucha, es algo que sale naturalmente- dijo Nico haciendo una fisura que encerró a los otros dos semidiós que se quejaron
--No es justo- dijo el hijo de Ares
--Oh ¿avergonzado por qué los hijos de Hades te ganaran?- dijo con burla Adhara, el semidiós le gruño enojado, obviamente estaba avergonzado
--Vamos por la bandera- dijo Nico jalando a Angela consigo en un intento de protegerla
La nueva semidiosa era eso, nueva y aun no manejaba muy bien las espadas, le estaba costando mucho más que al resto pues técnicamente seguía siendo una mortal ordinaria ya que su parte divina, esa que la hacía una semidiosa seguía encerrada dentro de ella.
--Sí que se toman muy enserio este juego- dijo sorprendida la de lentes al ver varios cuerpos de semidioses golpeados o inconscientes y a los hijos de Apolo y Afrodita ayudándolos
--Ni te imaginas- dijo la pelinegra
Se enfrentaron a unos semidioses más en su camino para llegar a resguardar la bandera de su bando, quizás no disfrutaban tanto de su estancia en el Campamento Mestizo pero no podían negar que les gustaban las actividades que se podían hacer allí sobre todo si esas actividades conllevaban el poder golpear a ciertos semidioses que no eran de su total agrado.
--Ah ¿Por qué no viene nadie?- pregunto frustrada por la espera Adhara
El radiante sol iba dando paso a la estrellada noche, había pasado poco menos de una hora en la que los tres semidioses solo estuvieron sentados en las rocas viendo a la solitaria bandera y el atardecer iluminaba sus espaldas con colores vivos y llameantes.
--Seguro Damián tiene algo que ver- dijo Adhara cruzándose de brazos, parecía una niña pequeña haciendo berrinche por no poder seguir jugando
--Por el Olimpo ¿Cuándo dejaras ese juego que tienes con Damián?- pregunto frustrado Nico
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--¿A qué te refieres?- dijo recelosa Adhara incorporándose, Nico la imito
--Chicos- intervino Angela viendo movimiento en los arboles
