Años han pasado desde la Segunda Gran Profecía, los semidioses a pesar de las pocas esperanzas y expectativas han crecido y se han vuelto poderosos, todo marchaba bien para todos pues no habían tenido grandes batallas o pérdidas, todo iba bien excep...
--Aquí es- dijo Alecto deteniéndose en una puerta a la que Nico no supo cómo llegaron justo como le pasó a su hermana cuando Hades la llevo a ver a sus madres
Nico suspiro nervioso, su mano temblaba mientras la levantaba para agarrar la perilla, se quedó así unos segundos hasta que finalmente la giro y entro a la habitación escuchando el sonido de la puerta cerrándose a sus espaldas; la habitación era muy linda y espaciosa de hecho parecía ser la sala principal de una casa normal.
--Hijo...
--¿Mamá?- pregunto con un nudo en la garganta, allí estaba María Di Angelo, a poco menos de un metro de él, Nico salió corriendo a su encuentro mientras que María extendió sus brazos recibiéndolo con un cálido abrazo, un abrazo con el que Nico había soñado desde hace muchos años
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--Mi niño, estás enorme y hermoso, eres un chico muy apuesto...- dijo entre lágrimas María abrazando a su hijo, Nico tenia escondida su cara en el cuello de su madre llorando desconsoladamente
--Te extraño mamá- sollozo Nico apartándose un poco de ella para poder ver su cara, era tan hermosa- te necesito...
--No hijo, no me necesitas, has crecido bien, eres un buen hombre...- dijo María acunando el rostro de Nico
--No lo soy, me esfuerzo por serlo pero me he equivocado mamá...- sollozo Nico agarrando las manos de su madre
--Si Nico, has cometido algunos errores pero es parte de crecer, todos lo hemos hecho lo importante es aceptarlos y tomarlos como una experiencia de aprendizaje para en un futuro no volver a cometerlos hijo...
--No los volveré a cometer mamá, puedes estar segura de ello- aseguro Nico
--Me alegra oír eso hijo mío- dijo María con una enorme sonrisa antes de volver a abrazarlo fuertemente- ahora cuéntame de esa chica Leah, no tenemos mucho tiempo hijo...
--Te amo mamá- dijo llorando Nico abrazando a su madre cuando llego el momento de despedirse
--También te amo Nicolo, sé un buen hombre hijo, un buen hermano y un buen amigo, cuídate y cuida a tu hermana ¿sí?, te amo y dile a tu hermana que también la amo- dijo María acariciando el cabello de Nico con una sonrisa triste
--Lo hare mamá, lo haré- sollozo Nico, volvió a abrazarla con fuerza antes de salir de ahí sabiendo que quizás nunca más volvería a verla
--No quiero que trabajes Damián- dijo con un puchero Adhara
Luego de llegar de su visita con su padre; los semidioses pasaron el rato con el resto de semidioses que se quedaban en su casa, entrenaron y cenaron para después subir a sus habitaciones o en el caso de Nico salir con Leah, Adhara y Damián estaban acostados frente a frente.
El pelinegro con un brazo en su cabeza apoyándose de este y con la otra acariciando el cabello de la semidiosa que lo veía con tanto amor, ambos lo hacían, podrían morir en los ojos del otro hasta el final de sus días.
