Años han pasado desde la Segunda Gran Profecía, los semidioses a pesar de las pocas esperanzas y expectativas han crecido y se han vuelto poderosos, todo marchaba bien para todos pues no habían tenido grandes batallas o pérdidas, todo iba bien excep...
Si, después de que Adhara se aseguró de que Edward estaba bien también le dio un buen golpe en su abdomen y el vampiro estaba seguro de que si fuera humano también le habría dejado sin aire y aunque la semidiosa lo estaba regañando el cobrizo no podía estar más feliz.
Edward no podía evitar admirar los ojos de la pelinegra, estos seguían con su tonalidad dorada, parecía como si fuera una de ellos... una Cullen.
Le quedaban tan bien.
Se imaginó casándose con ella, volviéndola el mismo monstruo que él era, viviendo juntos por toda la eternidad, Adhara sería una Cullen.
Era perfecto.
Estaba escrito, Edward lo sabía, él sabía lo importante que Adhara era para Nico y lo importante que Nico era para Adhara y con el pelinegro como el compañero de sus dos hermanos, bueno, tarde o temprano serian familia. Ambos serian Cullen.
Era su destino.
--¿Y a ustedes como se les ocurrió dejarlos?- pregunto Adhara enojada al resto de vampiros y semidioses
--No creímos que fueran tan...- empezó a decir Emmett con un poco de miedo al ver los ojos de Adhara, habían vuelto a su color habitual y tenían un brillo de locura
--¿Salvajes?- termino Adhara por él, los tres chicos asintieron, Angela no sabía dónde meterse mientras que Rosalie veía orgullosa a la pelinegra, le gustaba su carácter fuerte- están dementes- dijo negando con la cabeza
Ingreso a su casa murmurando cosas en italiano maldiciendo la idiotez de los chicos, uno pensaría que al vivir tantos años dejarían de ser unos adolescentes idiotas pero al parecer no, el resto de personas se vieron entre incrédulos y divertidos por la actitud de la semidiosa antes de seguirla.
--¿Qué paso contigo?- pregunto preocupado Nico viéndola tomar un poco denéctar cerrando su herida de inmediato
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--Una arpía- dijo Adhara sentándose- se apareció en medio de la carretera, pareció ser... casualidad- suspiro
Adhara sospechaba que todos los monstruos que los habían atacado era por obra de Gaia sin embargo no podía atribuirle todo a ella ya que era normal que si algún monstruo los olía los fuera a atacar.
--Deberíamos estar pendientes por cualquier cosa- dijo Damián
Los años que llevaba en Forks no habían sido tan pesados como los últimos meses con los Di Angelo en el pueblo, si antes lo atacaban monstruos cada dos o tres meses ahora era uno cada dos semanas o menos.
--¿Entonces es normal? ¿Esas cosas aparecen de la nada y tratan de matarlos?- pregunto aterrada Alice ante la posibilidad de que su compañera desapareciera de un segundo a otro
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