Años han pasado desde la Segunda Gran Profecía, los semidioses a pesar de las pocas esperanzas y expectativas han crecido y se han vuelto poderosos, todo marchaba bien para todos pues no habían tenido grandes batallas o pérdidas, todo iba bien excep...
--¡Oh por el Olimpo!- murmuro Adhara con los ojos abiertos como plato
Luego de terminar el entrenamiento se metió a la tina disfrutando la calma que el agua le provocaba a su cansado cuerpo, salió envuelta en una bata y la bolsa roja en su cama volvió a llamar su atención, al final decidió romperla con cuidado ya que no podía quitar todas las grapas.
De la bolsa salieron dos cosas, con sorpresa extendió la prenda en sus manos, era un vestido de seda rojo muy lindo debía admitir pero no era su tipo aunque si su talla; Nina se lo había regalado solo que no estaba segura de poder usarlo algún día.
Lo segundo era un pequeño cuadro que reconoció como una foto polaroid, abrió los ojos como plato viéndola, era Damián... parecía tener unos 8 años, tenía apariencia de que se acaba de despertar pues su cabello estaba algo largo y enmarañado, tenía baba seca alrededor de su boca, su nariz estaba arrugada como si se hubiera enojado y sus ojos llorosos, sus mejillas estaban bañadas en lágrimas y de su nariz escurría moco.
A pesar de su aspecto lo guapo no se le quitaba además también se veía tremendamente tierno pero la primera reacción de Adhara fue soltar una tremenda carcajada y luego suspirar con ternura, Nina había cumplido su promesa y de verdad le agradaba mucho la rubia.
Ya había planeado como molestar al semidiós y también sacarle una copia a la foto por si el se la trataba de quitar... pobre Damián.
--Vamos Elena, sabes que quiero ayudarte pero si te pones así no puedo- murmuro Adhara, de nuevo había vuelto a suplicarle a la fantasma que volviera con ella a su casa luego de cenar con Angela y su hermano
--Déjame en paz Adhara- pidió Elena acostada
--Elena- pidió Adhara de nuevo
--Si de verdad quieres ayudarme mándame a ese lugar... los campos no sé qué- pidió Elena viéndola
--Estas de broma ¿verdad?- dijo incrédula Adhara
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--No, no lo estoy, estoy cansada, CANSADA DE ESTAR AQUÍ... vagando, escuchando a mi hermana enloquecer, viendo a mi papá sufrir por su culpa y por la mía también simplemente... quiero desaparecer- exploto Elena
--Los Campos Asfódelos no son opción Elena, créeme no quieres ir allí- dijo Adhara en voz baja cuidando que los habitantes de la casa no la notaran
--¿Por qué no? No creo que sea muy distinto de aquí- dijo Elena volviéndose a acostar
--Ese lugar es deprimente ¿de verdad quieres eso? Olvidar tu vida, olvidar quien eres, olvidar... todo ¿volverte una maldita maquina?
--MI VIDA ES DEPRIMENTE ADHARA, ¡MI GEMELA ME MATO!
--No puedes hablar en serio- dijo Adhara negando con la cabeza apretando el puente de su nariz- ¿Sabes qué? Me voy, nadie puede salvarte si tu no le dejas así que... búscame cuando dejes de actuar como una maldita niña que se molesta y hace berrinches si no le dan lo que quiere
