Años han pasado desde la Segunda Gran Profecía, los semidioses a pesar de las pocas esperanzas y expectativas han crecido y se han vuelto poderosos, todo marchaba bien para todos pues no habían tenido grandes batallas o pérdidas, todo iba bien excep...
El estacionamiento de la escuela, como siempre, estaba lleno de estudiantes que hablaban animadamente esperando que el timbre sonara o esperando la llegada de los Di Angelo y los Cullen, siempre era un espectáculo digno de ver.
Esa mañana sin embargo lo fue más.
Primero llegaron los Cullen en el radiante descapotable rojo de Rosalie pero, solo iban la rubia y Emmett, después el flamante auto negro de los Di Angelo entro pero de este bajo, como siempre, Angela sin embargo lo que provoco murmullos fue ver a Alice y Jasper bajar seguidos de Nico.
Pero sin duda nada se compara a la ola de murmullos y las cambiantes emociones que crecieron en los estudiantes cuando el volvo plateado entro, un radiante y despreocupado cobrizo con lentes de sol se bajó para después abrir la puerta del copiloto y que de este bajara Adhara también con lentes de sol.
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--Oh por Dios ¿Cuándo paso eso?- chillo emocionada Jessica a Angela quien se encogió de hombros con una enorme sonrisa llena de emoción
--¿Qué no tienen otra cosa que ver?- pregunto Adhara a Edward
--Somos la pareja más atractiva que han visto en sus vidas- dijo divertido Edward leyendo la mente de los estudiantes, entrelazo su mano con la pelinegra y caminaron juntos bajo la sorprendida, emocionada y furiosa mirada de todos allí
--¿Es en serio?- dijo divertida Adhara
--Jessica muere por hacerte varias preguntas aunque sabe que no las vas a contestar- dijo divertido Edward
--Me conoce tan bien- suspiro Adhara- ¿Qué más piensan?- pregunto curiosa
--¿No me habías dicho que tenía que darle privacidad a los demás?- pregunto divertido Edward
--Oh vamos ya me rendí contigo en ese tema- dijo Adhara divertida- además si tu novio sabe leer la mente lo aprovechas- dijo encogiéndose de hombros- ¿Qué?- pregunto confundida por la cara de Edward
--Me gusta cómo suena eso... novia- dijo Edward con una enorme sonrisa, acaricio las sonrojadas mejillas de su compañera mientras se recargaban de los casilleros de la semidiosa
Damián paso junto a ellos, había visto su entrada en el estacionamiento y lo único que pudo hacer fue bajar la mirada, siempre supo que nunca tuvo posibilidades con Adhara por demasiados motivos pero aun así, dolía ver su sonrisa y el brillo en sus ojos dirigido al vampiro... tal vez él no la merecía pero, el vampiro tampoco y de eso estaba seguro.
Los vio detenidamente, Adhara le sonrió pero el semidiós lo único que pudo hacer fue volver a mirar al frente con la mirada gacha ¿Así se sentía el amor? ¿Era normal la presión en su pecho? ¿Las ganas de querer golpear al vampiro hasta el cansancio? ¿Las ganas de llorar?
El amor pasa factura cada vez que no funciona... o no es correspondido.
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