Corazones Danzantes

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La fragancia de un cigarrillo que penetró sus fosas nasales hizo que se despertara abriendo sus ojos de poco a poco. El olor cada vez más intenso provocó que por inercia se cubriera la nariz con el antebrazo. Se levantó de la cama con el sol haciendo brillar sus hebras doradas y causando molestia en sus ojos.

Solo bastó con un paso para encontrarse a su debilidad más grande.

Yoongi estaba sentado en una silla mientras observaba por la ventana y le daba una calada a su cigarro. Lo miró en silencio contemplando su perfil, su pequeña nariz redonda y su pelo desordenado haciéndolo lucir como el típico chico malo de una película.

Expulsó el aire contenido en sus pulmones y se acercó a él con unas pocas frazadas cubriendo su delicado cuerpo. Su estado actual era producto de un bonito desastre del día anterior.

-¿Desde cuándo fumas?-preguntó sentándose en el piso justo frente a él, quien tenía la mirada perdida en algún punto fuera de la habitación. Sin embargo, posó sus ojos en el contrario en cuanto escucho su voz. Mordió el cigarro y habló.

—Desde hace un año. -respondió acariciando la cabeza rubia acomodándola en su regazo.

Jimin alcanzó sus manos y empezó a jugar con sus dedos dándoles caricias.

-No lo haces muy seguido ¿no? -cuestionó dando un pequeño beso en la punta de su dedo anular. Ante la mirada sorprendida del pelinegro respondió. -Lo intuí, a ti nunca te ha gustado eso. -sonrió sin dejar de tocar los dedos del contrario.

Yoongi levantó a cabeza de Jimin para que ambos se miraran a los ojos, acercó su rostro al rubio y empezó un beso lento, una canción empezó a crearse en su mente a la vez que su mano acariciaba la nuca de Jimin bajando lentamente hasta encontrar apoyo en el hombro desnudo del otro.

-Jimin, hoy viene Lía. - susurró bajando la cabeza y pausando el beso. Botó el cigarro al piso y lo aplastó con la suela de su zapato hasta estar seguro de que estaba apagado.

El rubio sintió como si alguien lo abofeteara y lo regresara a la realidad, a esa realidad que era Yoongi viviendo un romance con alguien que no era él.

Aunque le había dolido, lo pasó por alto para no atraer a la tristeza. Volvió a besarlo sintiendo el sabor a humo de cigarro con más profundidad al probar sus labios con más detalle, queriendo que se grabasen en su corazón, esos labios delgados que le causaban mil emociones diferentes con tan solo un segundo de tener contacto con ellos. Aunque el aire se terminaba, siguieron por mucho tiempo, dándose los últimos cariños que podían. Se iban a extrañar y añorarían cada sabor diferente y cada uno de los besos, desde los más suaves hasta los más salvajes y secretos que identificaron como un secreto que solo sabrían ellos.

Se soltaron al escuchar un ave cantando fuera de la ventana, se levantaron y Jimin ya estaba dispuesto a retirarse. Sin embargo, Yoongi lo detuvo sosteniéndolo de la mano.

-Lía vendrá como en 4 horas. A-aún falta un poco. -Lo último salió en un susurro junto con una lagrima que no había logrado caer cuando besaba al rubio hace unos instantes.

Jimin sonrió de lado, dio media vuelta y se sentó en la orilla de la cama para recoger algunas prendas que había dejado en el suelo. Con cuidado de no descubrir tanto su torso, retiro con suavidad la frazada que lo cubría y se empezó a vestir ante un consternado Yoongi, que estaba rojo hasta los pies observando como el menor se vestía. Giró para dejar de ver la escena, mas su mente no dejaba de divagar en lo delicado que era el cuerpo de Jimin, en lo brillante de su piel y en como sus manos ya conocían cada detalle a la perfección. Se perdió en sus pensamientos un largo rato, y no notó cuando Jimin ya había terminado para luego acercarse a él y rodear su espalda con sus finos brazos. Inhaló la camiseta de Yoongi para conocer su aroma.

Let Me Be Yours-YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora