Pensamientos

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Había pasado un mes desde que Yoongi había hablado con Jimin y aunque cada día esperaba que él llamara, poco a poco su paciencia se estaba extinguiendo y estaba pensando en romper esa promesa y llamarlo.Sin embargo cada vez que iba a llamarlo, la culpa lo recorría y se ponía a hacer otra cosa para distraer su mente.

Había sido un mes loco, lo habían invitado a miles de programas, entrevistas, shows, etc.; todo esto para dar declaraciones sobre la carta. Sin embargo, él no aceptó ninguna. Decidió quedarse en Corea ese tiempo, creyendo que Jimin le llamaría pronto para verse por ahí. No obstante, los días iban pasando y no recibía señales de él. Ese mes se convirtió en dos, en los que salió con los chicos y aunque quiso preguntar por Jimin no lo hizo. Visitó a su familia y arreglaron las cosas en persona, acordando de que a pesar de todo nunca se volverían a abandonar. Fue una cena muy agradable e incómoda, ya que apenas la señora Min tomó confianza con Yoongi, lo empezó a molestar con Jimin.

—Y dime Yoongi...—la mujer se acercó a su oído. —Jimin y tú... ya sabes, tuvieron relaciones.

El aludido que estaba tomando un sorbo de sopa, casi la escupe por el asombro.

—¡Mamá! —exclamó con la cara totalmente roja. —No voy a responder esas preguntas.

Su madre se volvió a sentar y habló.

—Escuché que cada uno debe tener roles, así que me dio curiosidad. —confesó empezando a comer tranquilamente, mientras Yoongi aun no salía de su asombro.

—¿Roles de qué? —inquirió su papá apareciéndose en la cocina, listo para almorzar.

—Pues ya tú sabes... roles de...

—¡De nada! —vociferó el menor mirando a su madre para que ya no hablara más del tema.

Ese día, a pesar de todos los atrevimientos de su madre, lo pasó bien y sintió que había dado un gran paso con su familia. Ahora todo estaba en orden y se sentía en paz por eso.

Pasó los días visitando a su familia, su hermano y su familia, a los abuelos de Lía que aunque ya sabían la verdad, lo habían perdonado. Todo se sentía calmado a cada día que pasaba, lo único que no lo dejaba descansar era la espera por la llamada de Jimin. Se preguntaba si había sido una excusa para que no se volvieran a hablar jamás, lo había olvidado o sólo lo quería hacer sufrir.

"Ya me va a llamar", pensó "Seguro, en esta semana él me llama"

Pero así iban pasando las semanas y no recibía ninguna señal de vida del contrario.

A los dos meses y medio, regresó a Los Ángeles junto a Lía quien estaba al tanto de la situación de su amigo.

—Yoongi, estoy segura que está haciendo algo importante y por eso se está demorando, tú querías que sane ¿o no? —inquirió. —Estoy segura que eso es lo que está haciendo.

—Es que esta situación me llena de ansiedad. —suspiró con una media sonrisa. —Un día me llama y me hace sentir en el cielo y luego ¡Pum! desaparece dejándome con todas las ilusiones.

—Deja de llorar que tú también me hacías eso antes de que empezáramos a salir. Un día te comportabas todo atento y al siguiente totalmente frío. Yo creía que me odiabas. —contraatacó la castaña recordando aquellos días. Ahora ya no le dolía hablar de eso y menos si era para burlarse de Yoongi. —Ahora que regresamos vayamos a cenar al restaurante de parrillas Argentinas que tanto amamos y pon una sonrisa, que me va a dar depresión.

Yoongi le hizo una mueca de fastidio.

—A veces te odio. —bromeó suspirando rendido. —Vayamos el viernes, hoy me siento cansadísimo.

Let Me Be Yours-YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora