✓ 𝑵𝑰𝑵̃𝑨 𝑻𝑶𝑵𝑻𝑨 ── 𝙢𝙚𝙩𝙚𝙤𝙧 𝙜𝙖𝙧𝙙𝙚𝙣

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— Oye. ¿A dónde vamos. —pregunto Ah Si mientras subíamos unas escaleras.

— A comer. —respondi.

— ¿Qué? ¿A dónde me llevas? —volvio a preguntar.

— Conozco un lugar. Deliciosa comida. Solo cuesta 50 yuanes por persona.

— ¿50 yuanes? ¿Comeremos pasto o algo así? —se quejó.

— Tienen muchas opciones. Es genial. —hable sin prestarle atención a lo que Ah Si había dicho antes— Vamos. ¿No puedes ir más rápido?

— Está bien.

— Caminas muy lento. —reclame.

Caminamos un poco más y nos detuvimos.

— Que raro... —dije poniendo mi mano en mi nuca.

— Está todo cerrado por aquí. Gracias a Dios. Vamos.

— No. —lo detuve.

— ¿Por qué no?

Me acerque a él mientras miraba a todos lados y recordé un lugar.

— Conozco otro lugar. Tienen buenos fideos.

Daoming Si estaba cansado y se notaba, pero hoy todo estaba cerrado. Tome el brazo de Ah Si y empeze a caminar.

— Ven, vamos. Es delicioso. —dije al ver a Ah Si haciendo un puchero— Apúrate.

— Está bien. —dijo él.

Bajamos las escaleras y solté a Ah Si del brazo, corrí hasta el local de comida y estaba cerrado.

— ¿Qué pasa? —pregunto.

— Por aquí. —dije volviendo a caminar.

Empeze a correr hasta otro local y al llegar tenía un letrero que decía "estamos renovando". Daoming Si llegó a mi lado y agachó la cabeza ya cansado de esto.

— Conozco otro lugar arriba que es muy bueno. Vamos.

— ¿Subiremos de nuevo? —pregunto agotado de todo.

— Podemos tomar el elevador. Muevete.

Entre a elevador seguido de Ah Si. Presioné el botón y las puertas se cerraron.

— Nadie se atreve a dejarme pasar hambre. —dijo Ah Si.

— La comida sabe mejor cuendo tienes hambre. —dije con una sonrisa sin mirar a Ah Si.

De repente las luces se apagaron y un estruendo llamo nuestra atención.

— ¿Qué? ¿Se rompió el estúpido elevador?  —pregunto Daoming Si.

— Que ridiculez. —dije.

Empeze a presionar los botones del elevador pero no funcionaban.

— ¿Hay alguien ahí? —grite— ¡Auxilio!

— ¿Hola? ¡Auxilio! ¿Hay alguien ahí? —decia Ah Si viendo la cámara de seguridad.

— ¿Hola? ¡Auxilio! —deje de presionar los botones y me recargue en la pared— Creo que se rompió.

— ¿Es una broma? Que elevador estúpido. —empieza a patear el elevador.

— Ya basta. Si se cae el elevador, moriremos.

Ah Si me miró y se cruzó de brazos.

— ¿Que se supone que hagamos? —pregunto.

Saqué mi celular de la bolsa de mi abrigo. Iba a llamar a alguien pero mi celular estaba muerto, otra vez.