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KELA

Sé que estoy en mi habitación.

¿Cómo llegué aquí?

Sinceramente no lo recuerdo, no recuerdo casi nada de los últimos nueve días.

Sé que desde mi discusión con Niam todo ha sido un poco complicado.

Y digo «un poco» porque no recuerdo ni la mitad de lo que ha pasado desde entonces, las lagunas mentales no han parado.

Ese día, cuando entré a casa buscando a mi padre, lo encontré en su habitación mirando el móvil como si quisiera romperlo en un millón de trozos.

Ahí supe que algo andaba mal.

Y lo comprobé cuando me percaté de que ninguna de las cosas de mamá estaba en la habitación.

—¿Dónde...? ¿Dónde está mamá? —le pregunté a él, mi voz sonó más ansiosa de lo que pretendía.

Alzó los ojos hacia mí, y no me gustó para nada la furia mezclada con preocupación que vi en sus ojos.

—¿Kela? ¿Estás bien? —Corrió hacia mí, examinándome el rostro—. Tus ojos.

Asentí con las manos temblándome a los costados.

—Lo sé, lo sé... ¿Dónde está mamá?

—Kela, escúchame.

—¡¿Dónde está mamá?! —grité, sabía la respuesta, pero necesitaba que me la dijera.

Papá cerró los ojos un momento.

—La eché de casa. —confesó.

—¿Qué? —retrocedí un paso.

—La eché de aquí, y se ha marchado. Hija, necesito que me escuches, por favor.

—¿Se fue? ¿No te contradijo? ¿No quiso quedarse y arreglar esto? —más que entristecerme, me enfurecí.

—Cariño, por favor trata de calmarte, es algo difícil de digerir, pero estás en medio de un...

Un espasmo me estremeció la columna, extendiéndose hasta mis brazos, haciéndome apretar los puños de nuevo.

—¿Qué fue lo que hice para que mi propia madre me hiciera a un lado como si fuera un deshecho? —zanjé entre dientes.

Otro espasmo me hizo masajearme la sien.

—Tú no has hecho nada, Kela, deja de culparte.

—¿Por qué la echaste? ¿Por qué ahora? —sentí sus manos en mis hombros cuando hice la pregunta, pero apenas era consciente de su presencia.

Papá no respondió al instante.

—Papá, dime qué hizo para que la echaras. ¿Qué me hizo esta vez? ¡Dímelo!

—Ha mantenido contacto con Lewis Foster, no sé exactamente por qué, pero dio un testimonio a favor de él, y Lewis ya no está en el psiquiátrico, Kela. Lo enviaron a casa con la condición de que siguiera con sus medicamentos, terapias, y todo lo demás. Tiene libertad condicional.

—¿Él está libre?

—Vigilado, pero sí, ya no está bajo máxima seguridad.

Después de esas palabras no recuerdo mucho.

Tengo vagos recuerdos de mí rompiendo todo lo que se me cruzara en el camino, golpeando las cosas y evitando que papá me tocara; Denna llegó en ese momento, o eso creo, trató de "intervenir" tomándome por la fuerza, y terminó muy mal, como siempre que ella se mete.

BICOLOR ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora