13/04/2022
Soledad, vacío, aislamiento, espacio, obligación... Son palabras que concuerdan con esa sensación que recorre tu cuerpo cada vez que te apartan de todo, lo lógico sería que nosotros mismos nos apartaramos de lo que no queremos o de quienes nos hacen daño, para poder así estar mejor, pero no siempre pasa de esa forma.
Ese momento en el que te obligan a despedirte de todo ya sea por días, semanas o meses, pensando que será mejor para ti cuando no deja de ser un pensamiento egoísta por su parte, te llevan a otros sitios donde dejas atrás a tus amigos, novio o novia, momentos, planes que llevas haciendo desde hace tiempo y todo se desvanece de un momento a otro, porque no puedes hacer nada, solo callar y pensar el que hubiese pasado si lo pudieses haber impedido o si hubieses podido ir.
Siempre te dicen que es por tu bien, para despejarte y cambiar de ambiente, un descanso psicológico cuando lo único que hacen es encerrarte en ti misma sin poder salir o expresarte, sin poder despejarte como realmente quieres, te quitan de todos esos momentos y personas que te hacen feliz diariamente y en verdad lo hacen por egoísmo, para su propio bien y no se dan cuenta de las consecuencias. Acabas cansada, lo que se supone que deberían de ser vacaciones acaban siendo un infierno con una monotonía diferente pero igual de rutinaria, ya que no siempre vas a tener la suerte de que haya alguien con quien de verdad te apetezca salir o simplemente el hecho de que haya alguien, porque muchas otras veces no hay nadie.
Mientras tanto tienes que ir de la mano de aquellos que te encierran y soportarlos, evadiendote de cualquier forma posible ya sea con música, escapándote cinco minutos a dar una vuelta sola o echándote un cigarro.
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En mil pedazos
Short StoryRelatos de una chica, tratando de deshacerse de su ahogo interior.