19/10/2023
¿Por qué necesitamos el dolor para recordar que somos humanos?
¿Por qué no simplemente volamos creyendo que somos dioses de la mano con la felicidad?
Esos pequeños y efímeros momento que quieres que duren para siempre pero se escapan entre los dedos de tus manos intentando recoger cada gota que se derrama, pero sin éxito.
Las únicas gotas que llegamos a poder tocar son las saladas lágrimas que por nuestra mejilla se caen creando de esta un salón donde bailan hasta llegar al precipicio de tu barbilla y por fin caer por el acantilado, en ese mismo donde te encuentras tú, qué no sabes ni como ni cuando llegaste pero sabes que no hay fin.
Un bucle de negatividad que por mucho que pase el tiempo sigue ahí, a veces lo ves y otras se desvanece haciendo como que no está, pero volvemos a ser vulnerables y dejamos ver como nuestra alma se fragmenta a través de nuestros ojos y esas estrellas fugaces que vuelan sin destino aunque con la misma finalidad que siempre, recordarte que sigues siendo humano y que como tal, vuelves a tropezarte con ese sentimiento que te inunda el pecho dejando un pequeño hueco, que al principio era, sin embargo pasa el tiempo y se amplía esperando a que alguien o algo lo rellene sabiendo que eso nunca pasará solo tú tienes la solución, aún sabiendo que el problema no te corresponde pero debes vivir con ello y así aferrarte a esos momentos que como en el principio decía son efímeros para por un segundo sentirte bien y en paz contigo mismo.
Pero por mucho que nos guste la idea de ser dioses no dejamos de ser mitad y mitad, creando así semidioses debido a esa parte humana que nos hace como el cristal; fuertes y frágiles, bonitos y peligrosos
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En mil pedazos
Short StoryRelatos de una chica, tratando de deshacerse de su ahogo interior.