21/11/2022
Te sientes intocable. Eres mejor que todo y todos. Estás por encima como si estuvieses en el edificio más alto de tu ciudad y lo vieses todo desde arriba sabiendo que mas alto que tu no puede estar nadie. Caminas por la calle fijándote en tu reflejo en cada cristal o escaparate para mí por el que pasas, eliges ropa o complementos que te hagan sentirte superior a todo lo que te rodea.
Te gustas a ti misma, pasas horas mirándote al espejo de mil oses diferentes para ver cual te favorece más, cuando subes una historia a Instagram la ves infinitas veces y te fijas en que número de personas y quienes la ven, solo y exclusivamente para subirte ese ego que tanto te caracteriza.
¿Verdaderamente eres así de intocable? yo diría que no, no dejas de ser otro se humano como cualquier otro, te crees especial por tenerte a ti misma en un altar rodeada de una vitrina de cristal, reflejando así el como eres. Ese cristal es tan frágil como tu pobre corazón, que poco a poco ha tenido que reconstruirse poco a poco de nuevo, una y otra vez, creando una apariencia de intocable, narcisista, fría... pero él solo esta tratando de que no lo vuelvan a pisar, a destrozar.
Pero aún así, prefieres tener esa imagen. Tiene su encanto, somos frágiles y decidimos escondernos aunque no como cobardes.
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En mil pedazos
Short StoryRelatos de una chica, tratando de deshacerse de su ahogo interior.