10| La continuación del juego

812 60 52
                                    

Me dolía la jodida espalda. La cama mullida de Marinette no se comparaba ni en sueños a mi hermoso colchón de veinte mil euros.

«En otra voy llevarla a un hotel.»

Me levanté muy despacio de su lado para no despertarla. Fue una noche increíble pero no me sentía satisfecho en lo absoluto. Todo fue jodidamente excitante. Lo que hicimos...nunca pensé que ella podría ser tan seductora. Pensé que sería mas tímida pero que se desinhibiera de esa forma conmigo me hacía sentir bien. Saber que había sido yo el primero y que le di la mejor noche de su vida me causaba un poco de satisfacción pero me faltaba algo más.

Pensé, no era justo haberle dedicado tanto tiempo para apenas haber sido recompensado con una noche,¿no? Si me había demorado tanto en hacer que Marinette ceda al menos me merecía más tiempo disfrutándola.

La observé unos segundos, su precioso cuerpo desnudo bajo las sábanas reproducían en mí los recuerdos latentes de hace unas horas. Joder, si no hubiera amanecido con tremendo dolor de espalda por su colchón barato la follaría ahora mismo.

Me puse mi bóxer y fui a la cocina por un poco de agua. Agarré mi saco que estaba tirado en el suelo y me dispuse volver a la habitación para vestirme e irme. Quería descansar en mi lujosa habitación antes de llamarla más tarde para salir y follar de nuevo.

Me detuve al ver varias fotografías en una repisa de la sala. Eran como cuatro portarretratos, dos de ellos tenían fotografías un poco antiguas. En uno se veía una pareja en blanco y negro, estaban casándose. Un hombre de facciones orientales y una mujer muy sonriente a su lado. En otra estaban una familia; una pareja y una niña que pude deducir era Marinette pues no había cambiado casi nada. En el tercer marco se lograba ver a una Marinette adolescente con la pareja de la primera foto, un par de ancianos abrazándola en lo que parecía ser su graduación de secundaria, los tres muy sonrientes. Y en la última fotografía estaba solo ella con el anciano, sosteniendo una carta; sus sonrisas se habían apagado y la evidente ausencia de la mujer me hizo pensar de qué se trataba.

—¿Félix?—volteé a ver a Marinette que se acercó a mí apenas cubierta por una bata.—Creí que te habías ido.

—Sólo quería algo de agua.—Sonreí y noté como ella puso la mirada fija en las fotografías al frente de nosotros.

No logré comprender pero el ambiente se sintió un poco tenso. Triste.

Estuve a punto de decirle que ya me marcharía; sin embargo su voz suave y melancólica me detuvo por completo.

—Mis padres murieron en un accidente cuando yo tenía trece. Esa es la única fotografía que tengo de ellos.—Supuse que hablaba del segundo portarretrato que había visto.—Mi vida a partir de allí se resume en hogares temporales. ¿Sabías que a las parejas no les gusta adoptar niños grandes? Siempre buscan bebés y no importaba cuánto podía esforzarme por agradarles, nunca querían tenerme.

No podía quitar la mirada de las fotografías al igual que ella. No podía descifrar qué era lo que sentía, supongo que lástima por la vida que le tocó vivir. Pero, estaba aquí, había logrado salir adelante sola y eso la convertía en alguien fuerte. No sabía qué decir, no era bueno consolando personas.

—Cuando perdí toda esperanza—continuó—unos meses antes que cumpla los dieciocho años, una pareja me acogió.—Tomó la fotografía de la pareja en blanco y negro que se estaba casando.—Marianne y Wang Fu me dieron una oportunidad. Aún cuando cumplí la mayoría de edad y pudieron echarme no lo hicieron; en poco tiempo me convertí en la hija que nunca tuvieron y ellos en los padres que había perdido.

No dije nada. Sabía que ella quería desahogarse y sólo necesitaba ser escuchada; algunas veces me sentía igual.

—Ellos me ayudaron a terminar mis estudios y aplicar para la universidad.—Observé como apretaba la fotografía contra su pecho y unas casi invisibles lágrimas rodaban por sus mejillas.—Pero la vida no es muy justa,¿Sabes? Marianne enfermó y poco después falleció. No estuvo cuando recibí mi carta de aceptación pero siempre creímos que estaría muy feliz...—Suspiró, como si quisiera darse el valor de continuar.—Wang la amaba tanto que poco después él la acompañó. Mi mundo dejó de girar cuando me quedé sola en esta casa con todos los recuerdos felices y efímeros. Quise renunciar pero...

—Pero eso no sería lo que ellos querían—dije.

Marinette asintió.

—Cuando me llegó la última carta de la universidad advirtiendo que perdería mi cupo lo supe. Supe que debía esforzarme y cuando aceptaron mi pasantía supe que todo el esfuerzo que ellos dieron también, fue recompensado.

—Muchas veces la vida nos pone las peores pruebas para demostrarnos que somos valientes, supongo que no es justo, pero a veces hay que aceptarlo.

Marinette colocó la fotografía de vuelta a la repisa y suspiró antes de darse la vuelta. Su mirada se veía preocupada.

—¿Qué sucederá ahora?

—¿A qué te refieres?

—A nosotros...a mí en la oficina.

No era tan hijo de puta como para echarla de la empresa después de follármela; sin embargo—y cómo dije al principio— podíamos disfrutar un poco más. Ella terminaría su pasantía en unos seis meses y todo volvería a la normalidad después de eso.

Yo cumpliría con mis tratos y ella con su vida; al final mientras dejábamos esto como una aventura, nada más sucedería.

—Ya te dije que me atraes mucho.—La tomé de la cintura y acerqué mis labios a los suyos.—Y que podemos seguir con esto si tú quieres, o no, está bien.

—¿De verdad?—Asentí.

—Te dije que quisiera que me conozcas también, eso depende tuyo.

Marinette sonrió y aproveché para besarla. Primero de manera suave y pausada; luego de manera más hambrienta y apasionada.

—¿Qué te parece si tomamos una ducha y te llevo a desayunar?—musité besando su cuello.—Aprovechemos este domingo juntos.

—Sí me gustaría.

La alcé de los muslos, haciendo que ella rodeara mi cintura con sus piernas y sin romper aquel beso dirigirnos a la ducha.

Aproveché cada minuto a su lado. Me aproveché de su cuerpo y sus besos; la llené de atenciones y placer. Al final y al cabo, fue el mejor premio a mi paciencia que pude tener en mi vida.

Te abriste a mí esa mañana; me mostraste tu agrietado corazón y aún así no tuve reparo en romperlo. En abandonarte con pedazos inservibles. Sé también que soy egoísta al pedirte que vuelvas pero así siempre fui yo, y es por eso que estamos aquí en primer lugar porque, ¿qué hubiera pasado si hubiera decidido retirarme antes de terminar el juego? Estoy seguro que no habría arrepentimientos.

============================

📌CAPÍTULO 11(semana 4, dia 6: Torre Eiffel)

Buenas! Aquí un nuevo capítulo e informo desde ya que se viene el segundo arco de la historia, en el que llegará el drama y los cambios para nuestros queridos personajes.

Y qué dicen ustedes? Félix les cae o no, yo sólo sé que si luego sufren por él no es mi culpa(?) jajaja

Los párrafos finales se ponen cada vez más intensos y ya llegaremos a la parte en el que son el inicio de esto. Así que... ¿qué sucederá después? Espero que sigan por aquí cuando eso llegue.

Nos leemos luego y gracias por su apoyo y paciencia por los capítulos 🥰💖

𝚁 𝚄 𝙼 𝙾 𝚁 𝚂 | Felinette AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora