No podía creer lo que estaba haciendo.
¿Cómo era que este hombre me llevó a cometer una locura? Todo el deseo que le tenía explotó en mi curiosidad saciada. Sentirlo tan plenamente dentro de mí era casi un sueño. Un placer alucinante que cosquilleaba en mi entrepierna; su fiereza en cada embestida, sus fuertes manos sujetando las mías sobre mi cabeza y sus gruñidos sobre mi piel me desquiciaban.
¿Por qué tenía que ser él? ¿Por qué tuve que desearlo a tal grado de ceder? Desde que lo vi miles de escenarios se formaron en mi cabeza. Él y yo solos, haciendo un completo desastre.
—Félix—gemí y arqueé más la espalda cuando el aceleró sus embestidas.
Mierda, creo que Alya no se equivocaba cuando decía que el sexo era increíble, pero creo que más era el con quién lo hacía justo ahora.
Félix podía ser un tanto presuntuoso y egocéntrico pero estos dias tratando de llevar la fiesta en paz me hizo pensar en que me gustaba pasar tiempo con él; mas allá de las ganas de besarlo o tirarmelo, era...bueno.
Liberó mis muñecas y una de sus manos me sostuvo del cuello.
—Fel...Aahh.—¿cómo era que ese simple movimiento me puso más caliente?—Ha-Hazlo más... más fuerte.
—A tus órdenes, Preciosa—jadeó antes de besarme. Un beso hambriento y húmedo, un beso que trataba de acallar nuestro gemidos.
Comenzó a penetrarme con más fuerza. El sonido que provocaba nuestras pieles al chocar me excitaba más; sentirlo salir y entrar tan profundo estaba a punto de hacerme llegar. Me abracé a él como un intento fallido de aguantar un poco más; sin embargo, clavé mis uñas en su espalda al sentir todos mis nervios tensarse y disfrutar de esos deliciosos espasmos en mi intimidad.
—Mierda—jadeó.
Gemí por lo alto su nombre y él siguió a ese ritmo. Fuerte y rápido para finalmente correrse dentro del condón.
—Joder—gruñó, besándome otra vez.
—Eso fue...
—Increíble—completó mi oración.
Nos miramos a los ojos con las respiraciones erráticas. Su aliento todavía me embriagaba y el golpe de placer experimentado hace unos segundos me mantenían aturdida.
No quería que ese efecto se fuera, no quería pensar con claridad porque, ¿qué pasaría después de esto?
Félix salió despacio de mi interior, se sacó el condón, lo anudó y lo botó a la pequeña cesta de basura que tenía a un lado de la cama.
¿Se iría ya?
Tomándome por sorpresa me atrajo hacia su cuerpo, rodeándome con sus brazos, ¿Por qué eso me hizo sentir bien? ¿No era sexo solamente lo que yo quería también?
El efecto placentero comenzaba a desvanecerse y el silencio incómodo provocaba una ola de preguntas. ¿Cómo actuaríamos en la oficina? ¿Tanta insistencia, tanto deseo, tanta tensión era sólo para un polvo? No sabía lo que sucedería mañana y mucho menos pasado cuando nos toque volver al trabajo; pero de lo que sí estaba segura era que por hoy, por esta noche disfrutaría de él y del placer exquisito que podía brindarme.
Rompiendo con todas las dudas en mi cabeza me incorporé lo suficiente para ponerme a horcajadas sobre él. Félix se sorprendió pero sin perder el tiempo me sostuvo de la cintura con una sonrisa maliciosa plasmada en su rostro.
—¿No estás cansada aún?—Delineó mi cintura hasta agarrarme del trasero, incitándome a moverme sobre él.
—No me digas que tú sí—Sonreí y mordí mi labio inferior para no soltar un jadeo.—¿Tanta insistencia para apenas esto, Félix? Me vas a decepcionar así.—Hice un puchero para luego comenzar a besarlo.
Félix me sujetó del cabello para evitar que me separe de él. Comencé a mecerme y pude sentir como su miembro se iba poniendo cada vez más duro y yo más y más caliente.
—Ya no voy a ser gentil contigo—gruñó, tirando de mi labio inferior.
—Bien, tampoco quiero que lo seas.
Empecé a dar sentones sobre su pelvis. Quería sentirlo dentro otra vez.
—Dime que tienes más condones—hablé.
—Están en mi saco...—suspiró—en la sala.
Extendí mi mano hacia el cajón del buró a lado de la cama y saqué dos condones. Félix me miró divertido.
—¿Qué?—Me encogí de hombros.—Son para mis juguetes.
—Preciosa y traviesa.—Con la yema de sus dedos delineó mis pechos, haciéndome suspirar.—Ahora me tienes a mí que soy mejor que cualquier polla de plástico.
—No te creas tanto.
—¿No? Quiero que me digas eso cuando amanezcas con dolor en tus hermosas piernas.
Sin perder más tiempo me volvió a besar. Me volvió a follar de manera salvaje y desesperada. Me hizo perderme nuevamente en aquellas sensaciones que adormecían la razón de mis pensamientos.
🥀
Cuando amaneció me sentía agotada, algo adolorida pero satisfecha. O eso hasta que reparé en que estaba sola en la cama. Entonces la angustia se apoderó de mí. No quería sentirme incómoda con él en el trabajo pero también pensaba en que quizás Félix haría como si nunca hubiera pasado nada; entonces estaría bien.
«¿Lo estaría?»
Esperaba que sí.
Ahora más que nunca hubiera preferido que fingieras que nunca sucedió nada, que no jugaras con mi mente, y mi corazón después. Hubiera deseado no ceder porque, Felix, yo fui tuya. No sólo mi cuerpo esa primera noche, fui tuya en todos los sentidos posibles. Pero dime, ¿alguna vez tú fuiste mío? ¿Qué hubiera pasado si así hubiera sido? Estoy muy segura que no me encontraría hasta el fondo de este abismo sin salida.
=============================
📌CAPÍTULO 10(semana 4,dia 3: Fotografía)
Buenas!
Hoy temprano les traigo este capítulo, algo cortito pero que nos ponen claras cosas que ya se vienen.
¿Qué creen que suceda para llegar al punto de los párrafos finales? Y después, qué sigue?👀 los leo!
No se olviden que esta historia tiene playlist en spotify y pueden ir a ella escaneando esta imagen o por el link directo que dejaré en mi tablero de mensajes.
Saquen pistas y teorías sobre las canciones pues ellas cuentan la historia 🤭Y no se olviden seguirme en Instagram! Ahí subo noticias, adelantos y cosillas sobre esta y otras historias.
Me encuentran como: _the_rain_girl
Los amo, bais💖
ESTÁS LEYENDO
𝚁 𝚄 𝙼 𝙾 𝚁 𝚂 | Felinette Au
Fanfiction[+18] [FINALIZADA] Todos decían que esto acabaría mal. Todos me advirtieron que él nunca me trataría bien y que su "por siempre" era sólo de una noche. Los rumores hablan pero el deseo ciega y el espejismo de un cuento de hadas al final siempre t...