Cuando eras más pequeña solías tener muchos vestidos, por lo regular te compraba algunos de color azul celeste o azul cielo. Parecías una princesita que paseaba por las nubes de unos zapatitos blancos.
Conforme creciste dejaste de usarlos, optabas por tener algo más cómodo y tampoco te favorecía que te acompañará a comprar ropa. Siempre usabas tus pantalones de mezclilla y tus blusas a botones como si fueras una pequeña montañera.
Cuando te volvió a ver tu tío cuando regresó de Estados Unidos lo primero que hizo fue darme un regaño por dejarte vestir así, decía que una casi señorita debería tener más opciones para vestirse. Le pidió a su mujer que te llevará de compras mientras los dos fuimos a ver un partido a un bar cercano. La cerveza ni la toque y entre botana me quedé nervioso por lo que había hecho, esa mujer la conoció mi hermano al otro lado de la frontera, una perfecta desconocida te llevaba a comprar algunas prendas. No recuerdo hasta la fecha como me convencieron.
Algunas horas después, el sol ya se ponía y por fortuna volviste cargando algunas bolsas, diste gracias a tus tíos mientras te despedías de ellos. Al inicio no mostraste mucho interés en tus compras, dijiste que te había llevado a tantas tiendas que al final tuviste que comprar algunas cosas por vergüenza.
No me mostraste la ropa, también por la preocupación se me olvidó preguntarte cómo eran. Lo que sí es que poco a poco comenzaste a mostrar algunas prendas de aquella ocasión. Siempre era una sorpresa diferente, te preguntaba para cerciorarme si eran de aquel día y solo podías responderme algo tímida. Conforme fueron pasando los años esa visita repentina fue un punto de inflexión, donde dejaste tu viejo estilo de niña de cuadros y pudiste expresarte a través de lo que vestías.
Posdata: Hubo varias cosas en la que no estuve de acuerdo, como entubar tu pantalón de la secundaria o una falda muy corta que querías usar una vez. Más allá de esas canas me agrada cómo has buscado tu estilo conforme los años.
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Cartas para Alicia
SpiritualLuis es un padre soltero que ha decidido escribirle cartas a su hija, en dichos textos dejará lecciones que considere importantes al haber vivido con ella hasta sus 18 años