Uno de los recuerdos que más tendré presente cuando eras bebé es cuando por las noches te levantabas llorando, este acto no es nada extraordinario, de hecho todos los bebés que alguna vez conocí los he visto llorar. El llanto es algo natural, tu abuela decía que las lágrimas eran el agua que podría limar las asperezas del corazón.
Conforme fuiste creciendo guardaste mucho tus lágrimas sin darnos cuenta, fue como un pequeño pozo de agua residiendo cerca de tus ojos. Un día tal y como pasa en la naturaleza el agua encontró su camino y pudo volver a fluir cual rio, puliendo las piedras al encontrar su cause.
Ese día cuando salimos y encontraste un polluelo solitario del cual por más que cuidamos no pudo salvarse. Querías que se aferrara a la vida. No hay edad para estas cosas.
Suena feo pero si algún día el agua quiere fluir no cierres la llave y deja que el agua pueda sanarte.
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Cartas para Alicia
SpiritualLuis es un padre soltero que ha decidido escribirle cartas a su hija, en dichos textos dejará lecciones que considere importantes al haber vivido con ella hasta sus 18 años