Cartas para Alicia

Tu nombre

En el jardín de niños tuviste tus primeras nociones de escritura, muchos de tus ejercicios eran de seguir líneas punteadas, pintar con los dedos y hacer manualidades. Supongo que lo que recordarás más fue cuando sembraste frijolitos y los mismos nunca crecieron por que habías usado unos cocidos sin que nos diéramos cuenta.
Entre esas actividades comprendiste por primera vez las letras, pues bien, a estas les dedicamos muchas horas, primero aprendiendo su fonética, pues antes de llamarlas por su nombre entendías su sonido; después jugamos cartas con ellas dónde te mostraba una y debías decirme su sonido y un dibujo que te había hecho en ellas, por lo general animales, así la ¡ssssh! podía ser la letra de la serpiente pero la ¡Zzzhhhzz! Que vibraba como abeja era la amiga del zorrito.
Cuando llegaron las sílabas jugamos al Brontosaurio, un dinosaurio de papel pegado en tu puerta cuyo cuello se hacía más grande entre más sílabas aprendieras y como querías que ese dinosaurio fuera tan alto como uno real a cada rato me arrastrabas para practicar.
Lo último de lo que tengo memoria que hiciste en el jardín de niños fue escribir tu nombre, te emocionaba unir las letras, a veces sin tener sentido las mismas, por puro capricho inventabas palabras dándoles significados a cosas incomprensibles. Pero cuando al fin pudiste escribir de no bonita forma sino de forma correcta tu nombre surgió la duda ¿Por qué es así?, Me percaté que nunca te había explicado.
Alicia es el nombre de mi personaje favorito de literatura, una niña bastante curiosa entendiendo las normas de un raro mundo. Es la interpretación de cómo es crecer a través de mucha figura retórica. Su autor Lewis Carroll era como tú en eso de crear palabras, varias son acertijos enrredosos.
De niño fue de los primeros libros que llegó a mis manos (no debería decírtelo pero lo robe de una biblioteca escolar) y al releerlo en distintas etapas de mi vida entiendo un poco más de sus líneas. Bien dicen que un texto para niños guarda más sentido de la calidad humana que la realidad plástica y seca de los textos de adultos.
Mi herencia para ti siempre será ese nombre, es mi forma de decirte que te amo más que la literatura.