Capítulo 7

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Capítulo 7

>>Sabrina<<

Después de la visita de Mariana me sentí de maravilla, no solo por el hecho de que me haya disminuido el dolor si no porque sin haberlo planeado pude liberar eso que tanto daño me causó cuando era más chica. A pesar de que sabía que me costaría dejar de pensar en la rubia agarré mis libretas, me senté en la pequeña mesa de la cocina y tomando un rico café me esforcé en estudiar los temas que me faltaban. Cuando oscureció me preparé unos macarrones con queso, cené bastante rápido y por dos horas más estuve repasando mis apuntes hasta que el sueño comenzó a vencerme por lo que me fui a mi cama.

A la mañana siguiente fui a la universidad sintiendo los nervios del primer examen, entré al aula para ir directo a sentarme a mi lugar de siempre y cuando entró el profesor repartió las hojas de las evaluaciones

- Tienen cuarenta y cinco minutos para acabar – comencé a leer la hoja – Si quieren pueden trabajar con el lápiz pero a la hora de entregármelo debe estar con tinta azul – tomé mi bolígrafo – Si me lo entregan en lápiz o tinta de otro color están reprobados – volteé a ver a mis compañeros que se veían igual de nerviosos que yo – Pueden empezar

Lo primero que hice fue leer todo, necesitaba poner en orden mis ideas para luego comenzar a contestar. Los primeros veinte minutos me enfoqué en responder las preguntas que consideraba más extensas y complicadas porque estaba segura que esas serían las que me darían más puntos si estaban correctas. Cuando tan solo faltaban cinco minutos para entregar ya tenía acabado el examen, antes de ponerme de pie repasé cada una de mis respuestas y sintiéndome satisfecha fui hacia el escritorio del profesor

- ¿Ya acabó? – preguntó mirando la dos hojas que le entregué

- Si, ya lo terminé – sonreí con seguridad - ¿Dara las notas en la siguiente clase?

- Lo hare la siguiente semana – guardó mi examen en una carpeta – Puede retirarse señorita Rojas

Al salir del salón fui directo a la cafetería, pedí un cappuccino y como decidí no entrar a la siguiente clase tuve el tiempo suficiente para repasar lo del próximo examen. Cuando la campana anunció que era hora de ir al aula guardé todo, corrí hacia el salón y al entrar vi a Romina que no dejaba de leer su libreta

- ¿Estas lista? – pregunté sentándome a su lado

- No, siento que no estudié lo suficiente – se veía realmente alterada – Tengo que aprobar porque el medio punto del proyecto no me va a servir de nada

- Vas a hacerlo bien – la tranquilicé acariciando su espalda

El hombre panzón ingresó, todos hicimos silencio y después de explicar la metodología del examen entregó las hojas. Cuando tenía la mitad de las preguntas respondidas vi de reojo que mi amiga estaba bloqueada, solo había respondido los dos primeros puntos y supe que era el momento de remediar lo del proyecto así que en un rápido movimiento intercambié nuestras hojas

- ¿Qué haces? – preguntó asustada

- Confía en mi – murmuré mirándola

Faltaba media hora para que entregáramos el examen así que debía darme prisa, leí con rapidez las preguntas que le faltaban y fui respondiéndolas hasta que finalmente acabé su examen

- Levanta las manos – susurré al ver que las tenía sobre el pupitre, ella hizo lo que pedí y volví a cambiar las hojas – Pasa todo a tinta azul

Levanté la mirada para ver la hora, tenía solo siete minutos para acabar el mío así que lo primero que hice fue pasar a tinta lo que ya había escrito y sin darme tiempo de pensar mucho empecé a responder lo que faltaba

Donde Menos te lo EsperasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora