Un viaje nada cómodo
Rosemary se despertó en cuanto sintió el impacto de su cabeza chocando contra el marco de la ventana del carruaje. Adolorida abrió los ojos y con sus dedos rozo suavemente el área afectada, hizo una mueca de dolor; frunció el entrecejo y apretó los dientes, a pesar de eso un siseo de dolor agudo se le escapo.
Mentalmente maldijo a la ventana y culpo al conductor del carruaje. Debería de conducir el carruaje con un poco más de cuidado más cuidado. No transportaba ganado.
No quería llamarle la atención pero despertarla de tal manera no animaba demasiado a su estado de ánimo. Al contrario, la hacía enfurecer.
Se desconcertó cuando no escucho la dulce voz habitual de Arwin, no se había percatado de esto por su descontento con el conductor pero se sentía realmente silencioso.
Nada fuera del suave traqueteo del carruaje y el galope de los caballos. Todo tuvo sentido cuando vio a Arwin dormido, acostado en el asiento de enfrente, con sus mejillas ligeramente coloradas y su antes planchado traje ahora arrugado. Al fin pudo sentir que el aire entraba por completo a sus pulmones así que se dispuso a acomodarse y ver de nuevo el paisaje por la ventana. El cual ya había cambiado.
Ya no estaban ni cerca del ducado, las grandes murallas que lo rodeaban en su defensa contra una invasión ya no se veían, ni siquiera las dos grandes torres de vigilancia que le daban gran renombre entre los vasallos las cuales, sin exagerar median por lo menos cien metros de altura.
El relieve había pasado de un hermoso bosque a un camino inhóspito, seco y arenoso. Si antes se quejaba del calor en el ducado ahora empezaba a sentirse como el mismísimo paraíso. No había ni un solo indicio de lluvia, el cielo estaba completamente despejado y teñido de un brillante azul que en vez de motivarla la desalentó por completo. No veía ni siquiera un animal. Solo era un mar de arena y a lo lejos solo habían montañas y más montañas. Las cuales podrían verse cerca pero sospechaba que estaban a días de ellas.
Por la posición del sol calculo que no era pasado del medio día y ella estaba sin exagerar al borde de derretirse. Cuanto más avanzaban en su trayecto el aire se ponía más seco y caliente y llevaba la arena consigo haciendo que Rosemary se debatiera entre cerrar la ventana y en definitiva ser un huevo cocido o en dejarla abierta y dejar que la arena los enterrara.
Cuando la brisa se convirtió en un fuerte viento que gruñía ferozmente decidió que lo mejor era ser un huevo cocido a uno enterrado así que cerro la ventana espero unos minutos pensando que Arwin se despertaría pero no fue así, el ni siquiera se inmuto con el ruido; dio un suave ronquido y le dio la espalda, solo para seguir durmiendo.
La duquesa sonrió y sintió como su corazón dio un vuelco ante su ternura.
«Si tan solo tuviera una cámara o un teléfono» pensó.
Así el tiempo paso y paso hasta que el desierto se convirtió en campos de cultivos, muy, muy grandes siendo cosechados. Con personas que se veían como pequeñas manchas por la distancia recogiendo los frutos o las verduras.
Para la buena suerte de Rosemary allí estaba nublado, y no había ni una sola pizca de viento.
El carruaje no tardo demasiado en detenerse, pues ya iba siendo hora de almorzar y recién habían llegado a un pequeño pueblo.
Los primeros en bajar del carruaje fueron Liliana y Jacob. El caballero junto con sus demás hombres inspeccionaron el lugar, era su trabajo el mantener seguros a ambos duques.
Liliana dio un vuelta buscando un posible restaurante donde comer o una posada. Lo que encontrara primero estaba bien pues no pensaban en parar demasiado tiempo, aun les faltaban muchas horas de viaje.
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La Esposa Del Tirano
Storie d'amoreRosemary es la única hija del marqués William por lo cual fue consentida y mimada a niveles superiores. Se casa con arwin un duque de 8 años a la edad de 13 años. Por su maltrato hacia el y el descuido hacía el ducado ella muere en sus manos a la c...