III 🧃

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Joselín volteó en seguida, encontrándose con la mirada horrorizada de Alexis ambos estando rojos mientras que Margaret estallo en risas viendo a ambos adolescentes sonrojados.

- Alex, ven aquí cielo - La abuela no podía detener su risa - Linda, tu también ven aquí.

Los dos chicos se sentaron juntos en un sillón mientras que la abuela estaba frente a ellos. 

- Alex... tengo que explicarte una cosa - Margaret ahora estaba seria - Ella es Joselín, tiene 17 años y ahora vivirá conmigo.

- ¿¡Qué!? - Alex dijo sorprendido.

- Shh, calla - Alex cerró su boca - Hay que tratarla bien, aún hay cosas que debemos hablar ella y yo pero creo que son cosas difíciles, así que por favor te pido de la manera más atenta que la cuides como si fuera tu hermana, novia, amiga, prima, mamá, o abuela ¿está bien?

Alex asintió y miró a Joselín, está estaba con la cabeza agacha mientras sostenía sus manos y los movía rápidamente.

- Soy Alexis, pero dime Alex me gusta más - Alexis la abrazo de repente que hasta la propia Margaret se sorprendió - Somos amigos ahora.

Joselín se quedó en su lugar sin captar lo que había pasado, miró a Alex y este estaba sonriendo a lo que ella sonriendo con un leve sonrojo.

- Joselín, linda, se que aún no nos conoces del todo pero... ¿te molestaría dormir con Alex? obviamente el se quedaría en el suelo y tú en la cama, normalmente su habitación era allí.

- ¿Y por qué yo en el suelo? - Replicó Alex

- Entiendo abuelita, no te preocupes.

Los tres comieron, mientras que Alex estaba contando que tal le había ido en estas últimas semanas y como fue su viaje. Joselín permanecía callada la mayoría del tiempo, se sintió como si estuviese interrumpiendo a una familia.

Cuando terminaron, Joselín se ofreció a lavar los platos mientras que Margaret le dijo algo en el oído a Alex y ella se subió.

- Chicos, iré a descansar un rato.

Ahora se encontraban ellos dos abajo en la cocina, era un ambiente incómodo solo estaba el sonido del fregadero y el de los platos siendo acomodados.

- ¿Te gustaría ir al río que está cercas de aquí? - Alex preguntó dudoso.

- Estaría bien, sirve de que nos conocemos más - Joselín sonrió.

Salieron mientras iban caminando en silencio, eran aproximadamente las 5 de la tarde. Cuando llegaron, Alex se sentó en una roca dónde el agua del río pasaba debajo de ella.

- Ven, siéntate - Palmeó el lugar.

Joselín se sentó a su lado, ambos dejaban sus pies colgando mientras los movían uno adelante y uno atrás. Ella sacó su celular, viéndolo por última vez tenía un nudo en su garganta otra vez quería llorar. Acariciaba su celular, tantos recuerdos vinieron a ella que le dolía como si le hubiese arrancado un pedazo de carne.
Suspiró, se levantó y estiró su brazo así aventando el aparato electrónico al río viendo como se hundía y se lo llevaba la corriente.
Alex miró todo desde un principio, no sabía por qué había echo eso pero por ver la cara de ahora su nueva amiga, sabía que nada estaba bien.

- Se que no nos conocemos, pero ¿quieres hablar? - Alex la miró con una sonrisa honesta.

- Se acabó todo... - Joselín susurró sentándose mientras una lágrima salía de su ojo.

Alex no sabía que estaba pasando, no sabía dónde había salido esa chica ni mucho menos por qué su abuela la había hospedado en su casa. Optó por lo primero que haría cualquier persona, abrazar.

- Tranquila, todo está bien... - Alex Palmeó su espalda, los sollozos de la chica le partieron el alma hace mucho que no veía llorar a una persona con mucho sentimiento guardado.

Pasaron unos 10 minutos, donde nadie dijo nada solo permanecía abrazándola hasta que ella se calmara y pudiera hablar. El sonido de la corriente y los pájaros era el único ruido allí, era como un lugar seguro al que llegaron esa tarde.

- Gracias Alex - Joselín sonrió mientras quitaba las últimas lágrimas que tenía en su rostro.

- Descuida, está bien - Alex sonrió - ¿te encuentras bien ahora?

La pelinegra asintió, y suspiro sacando todo el aire.

- Escapé de mi casa Alex... - El chico la miró enseguida - Me olvidé de todo, de mi escuela, de mis amigos, de mi vivienda, de mis primos, tíos, de mis sobrinos... - Agachó su cabeza - Se que ahora mismo debes pensar que soy una rebelde y una vaga que le quita el hogar a una anciana, pero no es nada como eso...

- Descuida, no pienso que seas una vaga rebelde, muchas veces las personas escapamos de los sitios malos...

Joselín asintió, mirando el río y viendo como el sol iba metiéndose los rayos naranjas estaba allí. Alex sacó unas paletas de sus bolsillos y le extendió uno a la chica.

- Siempre que me siento triste, enojado o frustrado vengo aquí - Alex habló - a veces también quisiera poder escapar de mi realidad, así que vengo aquí y es como si volviera a vivir te parece sí ¿ahora este sea nuestro lugar para sentir paz?

Joselín sonrió, en su corazón latía al mil y estaba emocionada, asintió y llevó la paleta su boca.

- Una tupsi pop, son mis favoritas - Joselín dijo y Alex sonrió.

- Oh ¿de verdad? también las mías, aunque si están caras a cinco varos te dejan está chingadera

Joselín soltó una carcajada por la manera en la que se expresó su amigo.

- Cuando menos sientas, el limón también va a salir como comprar un riñón humano - Alex dijo mientras masticaba el chicle de la paleta.

- Tienes razón, el precio de las cosas suben.

- Te parece si jugamos a las preguntas, es para conocernos yo digo una pregunta tu la respondes, tú dices una pregunta y tú respondes, ¿de acuerdo?

- Bien, me parece bien ¿comienzas tú?

- Okey, pero vámonos o sino la abuela me colgará de un árbol puede ser peligroso estar aquí de muy noche, capaz salen osos y te comen la cabeza - Alex extendió su mano y Joselín la sostuvo para poder levantarse.

Los dos caminaron mientras decían preguntas básicas así hasta llegar a la casa de la abuela.

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Chanretbul

FOR THE FIRST TIME - QUACKITY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora