II 🧃

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Joselín despertó al rededor de las 9 de la mañana, cuando bajó miró a Margaret cocinando.

- Buenos días - Dijo ella apenada, había despertado tarde - ¿Le puedo ayudar en algo?

- Tranquila, así está bien, ¿descansaste? - Preguntó Margaret y la menor asintió - Me alegro, anda siéntate y come.

Joselín lavó sus manos y se sentó, el desayuno eran unos huevos estrellados con un par de tostadas de mermelada y un té de manzanilla. Se sentía volver a sentir el amor de abuelita, como si lo hubiese revivido, se sentía triste pero nada iba a cambiar.

- ¿Todo bien, Yose?

- Si, todo bien. Es solo que la comida le quedó muy muy deliciosa - Sonrió.

- Ay muchas gracias, me recuerdas a mi nieto Alexis ese chamaco. Disfruta mucho mis guisados y adora venir aquí - Margaret sonrió con nostalgia

- ¿Y dónde está él niño? - Joselín limpio su boca con una servilleta.

- En su casa, solo que ya no ha venido a visitarme. Los muchachos crecen y se van olvidando de uno, tiene 18 años - Joselín formo una O con su boca, ella se imaginaba un niño pequeño.

- Descuide, en verdad nosotros los nietos jamás nos olvidamos de nuestros abuelos y más si son personas como usted, así de geniales.

- Tienes razón, mi ego me permite decir que soy su mejor abuela - Margaret bromeo y Joselín río ante su comentario. - ¿Quisieras acompañarme al mercado? hay que comprarte ropa e ir a sacar una acta de nacimiento para poder inscribirte a la escuela.

Joselín miró a Margaret con asombró, era cierto, había olvidado lo difícil que sería volver a comenzar y haber pausado sus estudios.

- ¿Usted haría eso por mi?

- Lo haría, así como mi esposo lo hizo por mí cuando yo estaba como tú. No te preocupes que yo me encargo de tus papeles.

Joselín se metió a bañar y cambio su ropa, una vez que bajo Margaret estaba hablando por teléfono y se le oía muy contenta.

- Margaret, ¿Todo bien? - Joselín la miró y la abuela colgó el teléfono.

- Todo bien hija, y vamos, no me digas Margaret, dime abuelita. Hoy hablando de Alexis, me llamo su madre diciendo que vendrá a pasar las vacaciones de verano con nosotras - Margaret sonrió y tomo su bolso.

- Eso es genial Mar... abuelita - Joselín tomó la bolsa de mandado y salieron.

Estaba claro que sentía miedo, de un rato al otro se había refugiado con una abuela de 62 años y no sabía más que tenía un nieto que vendría a pasar las vacaciones y justo ahora se encontraba en el mercado de la cuidad de México comprando fruta, vegetales y una que otra leguminosa. Aunque la abuela se veía como si no dañara nada, se sentía como cuando su abuelita se la llevaba al mercado donde solía vivir y le compraba una agua de las que vendían en carritos.

Sostenía la bolsa de mandado y seguía a Margaret sin despegarse de ella, estaba atenta a todo y a todos en su alrededor. Al volver también trato de grabarse donde tenía que ir o pararse para ir a la casa de la abuela. Se pararon a una tienda de chácharas, vendían cosas japonesas y chinas.

- Mira Yose, un broche de moñito - Margaret le enseño un lindo broche color coral muy hermoso y tierno - Me da dos más por favor.

- Abuela, como cree... no puedo aceptar - Joselín movió las manos negando

- Vamos, ahora eres como mi nieta o hija pequeña - Margaret le acomodó el moño en su cabello y sonrió - Que bonita te ves.

Joselín se miró al espejo que se encontraba allí, y sonrió feliz, era muy lindo y se veía muy bien en su cabello ondulado.

- Muchas gracias abuelita - Joselín le dio un abrazo a Margaret.

Una vez que llegaron a la casa, Joselín ayudo a la abuela a preparar la comida sabía que no tardaba en llegar el tal Alexis y vendría muy cansado por el viaje.
A lo que le contó, Alexis vive a una hora de México y muchas veces viajaba a Estados Unidos por el trabajo de su papá. El se encontraba justamente en Estados Unidos pero decidió pasar las vacaciones en México con su abuela.

- Linda, afuera tengo romero ve a cortar un poco y tráeme por favor. Eso le dará un sabor delicioso a las papas - Margaret le dijo mientras terminaba de picar papas.

- A la orden , jefe - Joselín puso su mano en su cabeza e hizo un porte de soldado a lo que la abuela río y ella también.

Cuando salió vio todas las plantas, entonces su sonrisa se quitó ¿Cuál de todas estas plantas es el Romero? recordó las palabras de su abuelita “Es como un pino, tiene varias ramitas a los lados y están separadas" y ¡Bingo! lo encontró, corto un poco.

- ¡Hey!

Joselín se asustó miró detrás de ella un chico con gorra, chaqueta verde, pantalones negros y tenía una mochila con una maleta a su lado.

- ¿Que haces robando plantas? ¿Sabías que es ilegal hacerlo y podrían meterte a la cárcel por invasión a un patrimonio? - Dijo acercándose y Joselín retrocedió.

- N-no estaba robando...

Alexis se le quedó viendo a ella y después miró su mano donde allí estaban las hojas de romero, entonces Joselín puso su mano detrás de su espalda.

- ¡Alexis!

Ambos miraron hacia la puerta, allí estaba Margaret mirando al chico. Con que ese es su nieto, dios mío, ahora tendría que convivir con él durante todo el mes que esté allí y durante todo el tiempo que ella se quede allí.

- Abue - Corrió a abrazarla - Está chica está robando tus plantas, y se que te enoja que se roben a tus bebés.

- Yo la mandé Alexis Maldonado.

Él tal Alexis se quedó sorprendido mirando a su abuela y a la chica una y otra vez.

- ¿Y de dónde salió?

- Muchas preguntas jovencito, ahora, mete tus cosas - Ordenó Margaret - Vamos linda, este mocoso le gusta andar de pesado olvide decirte eso.

Joselín asintió y se metió, cuando iba a lavarse las manos escucho un gritó desde arriba.

- ¿¡ABUELA POR QUÉ HAY CALZONES DE CORAZONES EN MI CAJÓN!?

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Chanretbul

FOR THE FIRST TIME - QUACKITY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora