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Las flores resplandecían bajo un sol de verano.
La brisa fresca elevaban los rizos de una pequeña que corría a medio campo.
Mientras tres adultos disfrutaban la vista, sentados.Isabela y Mariano terminaron con el casamiento que alguna vez existió, de manera simbólica, claro está. Ya que la iglesia niega divorcios.
Cada uno tomó su rumbo, compartiendo momentos para su hija.
La determinación de Isabela inició el día que empezó a viajar por distintos lugares, enamorándose de nuevas especies de flora que se situaban en cada lugar donde se asentaba.
No sin antes dejar atrás la única cosa que la atormentó.—Te agradezco mucho por el don que la vela le concedió a mi hija. Pero no quiero atarla a vivir aquí conmigo solo por eso— la mujer tenía una plática después de su enfrentamiento final con su abuela. —Te amo abuela, pero necesito amarme más a mí.
Adela acepto que por mucho que deseara regresar el tiempo a cuando vivía su vida tal como la conoció, nunca regresaría.
Fue una Madrigal más por un tiempo, ayudó a su familia y a la comunidad con su don. Tuvo un acercamiento con sus raíces el cual jamás se le había permitido. Pero aún así ese no era su lugar, ya no pertenecía ahí.Y comenzó verdaderamente a amar a su madre biológica cuando sus interacciones dejaron de forzarse.
Por otro lado, aquella fémina de chinos trató de seguir adelante de la mejor manera. Rentó una casa, siguió con el trabajo que le apasionaba y tuvo algunos meses de distanciamiento con toda su familia para recuperarse. Todo valió la pena cuando regreso con la estabilidad emocional que tanto buscaba.
Y cuando tocaron su puerta, ambos ojos miel se reencontraron después de muchos atardeceres sin verse.
—Solo pienso en lo que parece haber terminado. La casa que construimos, nuestro amor, nuestra familia...
No sé si nuestra historia llegó a su fin, así como no estoy seguro cuando comenzó.
Lo único que sé es que no es justo pedir que me perdones, pero tú conoces que la vida tampoco fue justa conmigo.
Te pido que si un día tu puedes, intenta perdonarme— miró humedecer esas pupilas de las que se enamoró. —El deseo de implorar, insistir y correr hacia ti quedó paralizado con la certeza de que no estaba bien retomar nuestras historia de ese modo. Eres una mujer integra y no mereces un hombre dividido a la mitad, pero la vida es tan absurda que aún sintiendo un amor de ese tamaño por tí, yo estaba dividido— tomo delicadamente sus manos. —De cualquier manera, lo que tu me diste, lo que trajiste a mi vida nunca termina, nunca me abandona aunque estés lejos de mí.Y un perdón no vuelve a reconstruir unas piezas rotas. Pero puedes intentarlo, incluso si jamás queda igual. Porque nada vuelve a lo que antes fue.
Y es por eso que pasado un año y medio, por fin Dolores y Mariano unieron sus vidas en matrimonio simbólico.
Por mucho que Isabela le costara, llevó a vivir a su hija con su otra madre, con la familia que la crío. Una familia que si bien, no fue lo convencional, le brindó lo mejor de lo que necesitó.
Cómo era voluntad de Adela, una vez fuera del pueblo donde nació dejó de usar su don; para convertirse en una niña más con una familia más.
Ahí era donde pertenecía realmente.Al igual que Camilo, quien se fue intentando encontrarse, buscando paz en el camino.
Al igual que Mirabel quien rodaba de aquí para allá solo por ayudar a su gente.
Al igual que Antonio que en la travesía de darse cuenta que los sufrimientos también forman un carácter se propuso mejorar su relación con su hermano.
Al igual que Bruno quien se permitió escribir novelas y viajar para darlas a conocer. Una de las más memorables: la que hablaba sobre sus sobrinas en el camino de entender el destino.Todos compartían el hecho que siguieron su vida a dónde el vida los guiara, en dónde no sintieran su voz inaudible. Sin olvidar que su hogar siempre estaría en Encanto.
Ahora los nuevos esposos se levantaban de la suave hierba del prado, en dónde tanto habían planeado viajar en el pasado; hoy era una realidad.
Suelen decir que el amor se acaba, pero no es cierto, nada termina, todo dura, continúa y se transforma.
Dicen que pasa una película de nuestra vida en nuestra cabeza. Esto les estaba pasando mientras se encaminaban.
Vieron a Isabela y Dolores de pequeñas viniendo a casa de Mariano, a los tres juntos todavía de niños en muchas, muchas veces.
Vieron a Isabela siendo presumida, ganando y destacando. Todo lo contrario a su prima callada y entrometida. Y todo lo compatible a el chico de ensueño.
Después vieron la boda de Mariano e Isabela junto con su miedo y su coraje.Observaron a Isabela alejarse, siendo alejada de maneras diversas. Y entonces la vieron regresar y en el fondo de sus ojos, al igual que un río, estaba todo lo que no había vivido.
Y a partir de ahí Mariano se sintió dividido entre dos amores, dos vidas. Una que estaban viviendo y la otra que jamás había sido capaz de vivir.
Pero después de revivir sus momentos más oscuros se dieron cuenta que no existía ninguna división, todo lo que habían vivido y la historia detrás pertenecía a una misma historia.Fue entonces cuando se vieron juntos pasando la frontera.
Como si hubieran llegado a la otra orilla del río del accidente, el río donde tantas tragedias pasaron pero siempre un río.Como si en un momento hubieran vivido todos esos años detenido en ellos, esperando falsamente por ellos.
En un extremo estaba una infancia compartida, una adolescencia truncada, una juventud no vivida. Y en éste lado dos adultos maduros finalmente liberados de una carga, hecha de viejos sueños y de recuerdos.
Por qué hay nuevos sueños de este lado y ahora que al fin pudieron cruzar el río los podrían vivir.
Tres personas llegaban a la par de un muro cubierto de hierba tipo enredadera en dónde habían visto por última vez a su hija, escuchando el relajante chiflar del viento, a lo lejos una pasos hicieron voltear a la menor de ellos.
Corriendo a su dirección la de vestido blanco traía un ramo improvisado de flores silvestres.
Con grandes sonrisas la recibieron mientras besada la mejillas de sus madres, dividió el racimo y a cada una les ofreció uno.Y entre risas y tomados de la mano siguieron su rumbo.
Era la vida renaciendo por el amor hacia esa niña.
Ésta es la trama que el destino teje sin que nosotros nos demos cuenta.
Es la vida siguiendo su curso.Fin
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Agradecimientos finales:
Me hizo muy feliz escribir este fic, amé el apoyo que tuvo y amé cada lector que tuve.
No quedan palabras para describir que bien me la pasé en el camino de escribir ésto. Sin duda una experiencia única.
Extrañaré desvelarme solo por fijarme que la escritura sea correcta para darles lo mejor a ustedes.En éste espacio pueden decirme sus opiniones, pueden preguntarme cualquier duda que hayan tenido sobre la obra, no importa de que sea, lo contestaré con gusto.
Los amo, hasta luego<333
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Una voz inaudible ━Encanto [Dolores x Mariano]
Ngẫu nhiên❛❛Solo una cosa era segura en éste momento. Y es que Adela Madrigal no era hija de Dolores Madrigal.❞ (ligera inspiración en la trama a la novela brasileña "la vida sigue") Inicio: 12/enero/2022 Final: 20/abril/2022