ENTRE NUBES

Capítulo 32

Alessa

Inserté mi usuario, mi contraseña y di «enter». Me fui a la pestaña de resumen de carga académica y encontré justo lo que supuse: mi horroroso secreto de notas que no podría cambiar. Respiré y jugué con el mouse pasando el cursor por la única nota buena en música.

—¿Linda?

Cerré la pestaña y bajé la pantalla de la laptop. Me giré en la silla.

—¡Amor! —extendí mis brazos.

Luke vino hasta mí y enroscó sus brazos en mi torso alzándome de la silla haciéndonos girar mientras mis piernas volaban como si estuviera en un juego mecánico. Grité. Se detuvo y antes de dejarme en el suelo dejó un beso casto en mis labios.

—¿Te ayudo a empacar? —dijo.

—¿Empacar? —alcé una ceja—. ¿Quién hace eso?

—Nosotros los pobres lo hacemos —me llevó de la mano hasta la cama donde tomó asiento. Me detuve frente a él y me haló hasta abrazarme apoyando su cabeza en mi pecho—. No quiero que te vayas. Será otro mes sin vernos hasta el próximo semestre.

Las desastrosas notas flotaron en mi cabeza. No podía decirle, era nuestro último día juntos antes de irme... no quería arruinarlo.

—No te abandonaré —aseguré.

—Solo te vas al otro lado del mundo —alzó la cabeza para mirarme. Lo besé.

—Pudimos superarlo antes —rocé nuestras narices—, podemos hacerlo de nuevo.

Suspiró y sonrió.

—¿Te parece ir al muelle antes de irnos?

—Okey.

Salimos de Pacific sin ningún problema ya que era el último día.

—¿Qué harás en vacaciones? —dijo acercándome a él por el frio.

—No lo sé, talvez estar en casa, visitar a Rob —salté sobre un charco.

—¿Quién es Rob? —alzó una ceja.

—Mi mejor amigo —cruzamos la carretera, ya casi llegábamos al muelle.

—Creí que tu mejor amigo era Owen —me haló para que no pateara el lodo de la orilla de la calle.

—Rob es mi amigo desde hace muchos años, y Owen es mi único amigo aquí en Pacific —bajamos por la callecita que llevaba al muelle, que a diferencia de cuando lo visitamos antes, ahora estaba vacío, gris, y con el océano furioso—. Mi mejor amigo eres tú —alcé la cabeza para mirarlo—. Además, no puedes estar celoso de Rob, él se rapa la cabeza y tiene como cincuenta años; y a Owen ya lo conoces.

Nos reímos.

—Haber dime, ¿tienes tú alguna mejor amiga? —tantee. Nos adelantamos al muelle mientras la briza nos golpeaba de frente como diciéndonos que nos fuéramos.

Se detuvo y nos hizo a un lado hacia la barandilla. Las olas golpeaban fuerte en los pilotes.

—No, la única amiga y confidente que tengo, eres tú —sonrió y me ajustó la boina que llevaba. La nariz de Luke estaba rosa, al igual que sus mejillas por el frio. Eso me hizo sonreír—. Me da curiosidad que tengas un amigo de cincuenta años.

—Bueno... no tiene cincuenta años, pero tampoco tiene nuestra edad —metí mis manos en los bolsillos de su suéter—. Rob tiene como treinta años y trabaja como productor en O Entertaiment.

—¡Ah! Ahora entiendo.

—Lo conozco desde hace años, desde que entró como pasante.

—¿Y qué hay de Carol?

—Carol tiene a su novio al que anda colgado veinticuatro siete —golpetee su abdomen—. Creo que ella diría lo mismo de mí.

Luke resopló una risita.

—Calder también diría lo mismo, aunque yo se lo dije muchas veces antes... no podría quejarme.

—No se sabe lo que es hasta que toca.

Tomó mis manos dentro de sus bolsillos y las sacó para que camináramos hasta el final del muelle, donde sentimos que el viento nos tiraría al agua y preferimos regresar.

Una leve lluvia comenzó a caer cuando caminábamos por los jardines de Pacific. Llegamos hasta la habitación de Luke porque su edificio estaba más cerca.

—¡Alessa! —corrió Owen al verme en el pasillo en medio de todos los demás chicos que venían en dirección contraria a Luke y yo—. ¡Mierda! ¡Estaba yendo a buscarte! ¡Me voy!

—¡Pudiste enviarme un mensaje, tarado! —me adelanté para golpearle en el brazo—. ¡Por poco te vas sin despedirte de mí!

—¡Luke! —Calder venía hacia nosotros con una enorme mochila en su espalda y halando dos maletas más—. ¡Joder! Que he ido a buscarte hasta el segundo nivel. ¿Dónde carajos estaban? ¡Mis padres están esperándome! ¿Te iras con nosotros?

—Adelántate —le dijo Luke a Calder—, me quedaré con Alessa hasta que vengan a por ella.

—¿A qué hora vienen a por ti? —me preguntó Owen que se hizo a un lado del pasillo y lo seguimos porque estábamos haciendo estorbo.

—No lo sé... pronto.

—Bueno... entonces me voy —dijo Calder dejando sus maletas un momento y adelantándose para darle un abrazo a Luke—. ¿Le puedo dar un abrazo a Alessa de despedida?

—Solo no la toquetees tanto —dijo Luke divertido.

—Cuídate, Alessa —me abrazó Calder—. Y mantén a Luke con bozal para que no ande hincando el diente en cualquier nalga.

—Lo haré —reí mientras Owen abucheaba a Luke que solo rodó los ojos.

—¡Calder! —escuchamos tras nosotros, nos volvimos.

Era Sara que a pesar del frio vestía una falda y una chaqueta de flores negras. No tenía maletas, era una niña peluche a pesar de su aspecto. Tenía a alguien más que hacía ese trabajo por ella.

—¿No te vas a despedir? —le dijo Calder sin moverse ni hacer amago de hacerlo.

—Aja, sí —dijo—, adiós a todos.

—Sara... despídete bien —dijo Calder haciendo un ademán hacia nosotros tres.

Sara se impacientó, rodó los ojos y caminó hasta nosotros.

—Adió, Luke —dijo tocando el brazo de Luke—. Adiós, Owen —tocó el brazo de Owen—. ¿Nos vamos?

Calder la miró e hizo una rara expresión con sus cejas para referirse a que se despidiera de mí, ya que no estaba pintada.

—Ash —refunfuñó. Dio media vuelta y se adelantó—. ¡Apresúrate!

Owen miró a Sara y luego a mí. Me hundí de hombro.

—Nos vemos después —dijo Calder. Tomó sus maletas y siguió a Sara hasta alcanzarla—. ¿Por qué eres así? Alessa es tu cuñada —escuchamos que le dijo.

Nosotros nos echamos a reír.  

~~EN~~

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