Capítulo 4

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Luke

No sé qué fue peor. Si dejar a Alessa en el agujero después de tal impulso sin ninguna expx XD,,,licación o que ella haya pasado de largo y dejarme con cara de espectador como si no hubiese pasado nada la tarde anterior.

Me había ido del agujero porque sabía que no podría quedarme solamente con el sabor de sus labios. El calor se me había subido y lo mejor que pude hacer fue dejarla allí, tratar de razonar y luego explicar. Me había masturbado imaginándome con ella, y aun así no dejé de pensar en ello.

Había rodado en la cama toda la noche tratando de explicarme qué pasaba con Alessa. Era tan forzado que me negaba a aceptar lo que sabía muy bien. Alessa me atraía desde el primer momento en que la vi en el balcón de su habitación. Y probar sus besos me había dejado hechizado. Al rodar en la cama y darme cuenta que el sol había salido acepté que era Alessa la única.

Y por eso, cuando derrapé entre los estudiantes solo para verla caminar más allá de mí, no supe que más hacer.

-Alessa -la llamé mientras se subía al auto.

Necesitaba decirle lo que sentía. Que ella me dijera si estaba siendo correspondido.

-¡Alessa! -me adelanté a su ventana, pero ella solo me ignoró y el auto se fue.

Ahora me encontraba en la terraza. Era fin de semana, asique todos aprovechaban a tomar el sol ignorando las actividades que había que desarrollar.

Tomé asiento en el mismo lugar donde Alessa había estado la primera vez que habló con nosotros. Tratando de entender una melodía que quería aprenderme para hacer un video y subirlo a la Red mientras que todos hablaban sobre la expulsión de Alessa.

-¡Dicen que nunca entró a una clase! -dijo Sara, quien era la cotilla del grupo-. Y que salía por las noches a acostarse con cualquier chico.

-¿Y era cierto? -preguntó Carlo-, pregunto porque a mí nunca me llegó invitación. La hubiesen expulsado antes porque la hubiese hecho gritar tanto que la Dr. Queen se hubiese dado cuenta más pronto.

-Dicen que incluso se acostaba con varios chicos a la vez -agregó Sara.

-¡Dios! -exclamó Jacob-. ¡¿Por qué te la llevaste, Dios?!

-¿Y era cierto? -preguntó Calder.

Sara lo calcinó con la mirada.

-¡Digo, cariño! -se defendió-. Tú vivías con ella, supongo que te dabas cuenta si dormía allí o no.

Sara se puso colorada al instante. No podía responder a eso sin que terminara en boca de Carlo y Jacob al darse cuenta que muchas noches corría por los jardines después de calentar la cama de su novio.

-Pues no soy su madre como para controlarle la vida, yo no la conozco -dijo Sara.

-Aquí la tuviera ahorita -dijo Jacob agitando sus manos sobre su regazo.

-Yo aquí -dijo Carlo moviendo su mano hacia arriba y abajo sobre su entrepierna.

Owen rio. Sara y Calder se pegaron más en la tumbona. Yo me hundí en el asiento y el libro mientras la sangre empezaba a quemarme.

-¡Oh, Carlo!, ¡oh, sí!, ¡Carlo! -Carlo imitó la supuesta voz de Alessa.

-¡Más, Jacob, más! ¡Oh, Sí! -Jacob le siguió el juego.

Agarrando su barriga, Owen dejó caer la cabeza en la tumbona de tanto reír. Y para mí fue suficiente. Cerré el libro y me largué de allí sin decir nada. Todos me miraron.

-¡Eh, Luke! -dijo Carlo-. ¿Por qué te vas?

-Dijo que Alessa le gustaba -murmuró Owen.

-Luke está saliendo con Lavanya -corrigió Sara.

-¿Lavanya? -dijo Calder.

Y fue lo último que escuché.

Llegué a la plaza central donde había dejado la bicicleta e hice camino hasta la habitación.

-¡Luke! -me llamó alguien.

Me volví sin detenerme, era Lavanya. Me detuve y ella corrió hacia mí. Saltó y se colgó de mi cuello para besarme en la mejilla.

-¡Estaba llamándote! -dijo aún colgada de mí. Tan cerca que podía oler su labial-. ¿Por qué no me contestas?

-Estaba leyendo -me erguí. Ella no soltaba el agarre.

Sonrió-: No te preocupes, tú sabes que siempre espero.

La miré a los ojos. Esos enormes ojos verdes que tenía. Y en un impulso me incliné y la besé. Sentí cómo lavanya fácilmente se dejaba vencer, totalmente diferente a la reacción que tuvo Alessa, y quizá eso fue lo que me hizo besar a Lavanya.

Lavanya era esta chica de padres hindúes, con cabello castaño, enormes labios pintados de rojo y un cuerpo con curvas pronunciadas. Había estado enamorada de mí desde hacía mucho tiempo. Había hecho todo lo posible por hablar conmigo, por quedar en las mismas clases, por hacer actividades juntos y por estar pendiente de mí. Lavanya era una chica linda, lista y energética. Siempre vestida como una guerrillera. La pañoleta de marinero siempre sobre su cabeza y los pantalones de soldado hasta las pantorrillas.

Pensé en Alessa, en el delicioso beso de Alessa. La única. Hasta que Lavanya se separó.

-Me mordiste -dijo tímida.

La miré perdido en mi imaginación sobre Alessa.

Soltó una sonrisita y cubrió sus mejillas.

-Debo irme, te veo luego -le dije. Dejé un beso en su mejilla y se encogió como una niña avergonzada.

-¿Te veré luego? -musitó.

-Sí -sonreí acariciándole la mejilla.

Asintió. Me acomodé y seguí mi camino.

~~EN~~

Holaaaa, ayer debía publicar, pero se me hace bola la vida... En fin que espero esten disfrutando de la historia :3 delen estrellita y comenten para seguir trabajando en ella :3 gracias por todo!!

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