Capítulo 32 Sinceridad

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Para el instante en el que el reloj dio las 7:19 a.m., las respiraciones dentro de aquella habitación apenas se escuchaban, pues tan solo eran audibles las sutiles inhalaciones del Omega, mientras el pelinegro le acariciaba el cabello de forma despreocupada, sabiendo que, probablemente, Tae seguía dormido, algo que, en definitiva, se merecía totalmente.

Si bien, Hoseok no conocía mucho al menor, definitivamente podía apostar que aquella había sido la mañana más "tranquila" y "silenciosa" que el menor experimentó en días, o inclusive, desde que había entrado a aquel caótico mundo junto a los otros dos Omegas.

Algo que era cierto.

Por primera vez, el peli-azul no se encontraba yendo de un lado a otro, saliendo en misiones de campo u organizando con Jimin alguna nueva reunión con los lideres del extranjero.

Por primera vez, Tae se encontraba respirando tranquilamente sobre su cama, sin que algún recuerdo o problema nublara su mente, reduciéndolo a un manojo de temblores e intentos ahogados de sollozos.

Por una sola vez en su vida, el Omega tan solo se concentraba en aferrar, entre sueños, el abdomen del pelinegro, el cual mantenía su brazo por debajo de su cuerpo, permitiendo que este se acomodara de lado y reposara su cabeza sobre su pecho, aun cuando eso terminara por entumirle la extremidad en pocos minutos.

En el momento en el que una respiración sutilmente más profunda, fue desprendida del cuerpo del peli-azul, Hoseok no pudo evitar hablar, esperando que Tae se encontrara despierto.

-¿Te encuentras mejor?- preguntó, sintiendo como el Omegas se restregaba con delicadeza en su pecho, probablemente despabilándose de su sueño.

-Un poco... me arden los ojos

Y era algo con lo que contaba el Alfa, pues, tras haber llorado la mayor parte de la noche, sería imposible que fuese de otra forma.

-¿Quieres que busque algunas gotas para ti?

-No hace falta... También ha sido falta de sueño- aseguró Tae, negándose a apartar al Alfa de sus brazos- Estaba preocupado por Jin...

-Pero has escuchado a Suga en el grupo. Salió con Nam-joon para resolver algunos pendientes... no tienes que preocuparte de nada.

Al escuchar el nombre del mayor, Tae no pudo evitar estremecerse, no debido al coraje o algún resentimiento, sino al intenso shock que las palabras del peli-menta, le habían ocasionado algunas semanas atrás y que, con solo escuchar su nombre, había vuelto a su cabeza en un fugaz recuerdo, algo que, sorpresivamente, Hope pudo percibir.

-Tae...

-¿Mmh?

-¿A ocurrido algo contigo y Yoon-gi?

-¿A qué viene esa pregunta?- cuestionó el peli-azul para incorporarse lo suficiente como para observar al mayor.

-Es solo que no he podido evitar notar que hay mucha tensión entre ustedes- comentó el Alfa, siendo incapaz de ignorar aquellas ocasiones donde Tae había evitado la mirada de Suga o simplemente trataba de no estar mucho tiempo cerca de él, tal y como si le tuviese miedo- ¿Te ha hecho algo malo, te dijo algo o ...?

-No, claro que no- se apresuró a decir el Omega, sabiendo que, en realidad, era todo lo contrario.

Si bien, Suga no se caracterizaba por ser muy expresivo ni mucho menos abierto o cálido con él, Tae podía asegurar que el Alfa se preocupaba demasiado por los demás, aun cuando se trataran de personas con las que no había convivido mucho.

Sin decir ni una sola palabra, Suga se había arriesgado a protegerle aquella primera vez en el muelle, matando a los Alfas que le seguían con la intención de llevarlo de vuelta a Busan, aun cuando estaba completamente expuesto ante la droga de Taemin.

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