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Capítulo 37 Trampa

Tras el estruendo que trascendió la propia música que rebotaba en las paredes del club, el cual había terminado por opacar el ambiente divertido de la multitud para transformarlo en un auténtico caos que, rápidamente dio paso a una visible tensión entre los grupos que se encontraba en la elegante sala; todos los diferentes escenarios que podrían suceder a aquello, pasaron de forma abrumadora por la mente del peli-rosa, mismo que no podía apartar la mirada de Jungkook, tal y como sucedía con Jin, quien, al ver como Nam-joon había disparado directamente hacia el líder del clan Gim, tan solo pudo quedarse atónito en su lugar, aun cuando la bala no logró lastimar al rubio.

¿Qué los había llevado a aquello?

Eso era bastante fácil...

Todo recaía en el hecho de que ni Jimin, Tae e inclusive Jin, pudieron predecir que Jungkook y Nam-joon perderían la cabeza ante las insinuaciones tan directas de aquellos Alfas hacia ellos.

En algún punto, aquel descarado castaño había tratado de cortejar a Jimin mientras le ofrecía una bebida, la cual, aun estando a unos metros, Jungkook pudo deducir que se trataba de un coctel, mismo que, al juzgar por la fragancia turbulenta, tan solo trataba de disfrazar la esencia de una droga clandestina... una que conocía perfectamente bien.

Y si bien, aquello había sido suficiente para dañar la poca cordura de Jeon, lo que terminó por colocar la guinda en el pastel, fue aquel movimiento tan sutil de colocar su mano sobre el hombro de Jimin, acercándose peligrosamente a su rostro mientras le sonreía con deseo.

A partir de ahí, lo único que pudo visualizar Suga, fue el instante en el que el pelinegro salió como un resorte de su lugar en la barra, acercándose con un aura asesina al chico, mientras sus feromonas apresaban cada centímetro del ambiente, a la par que sus manos empujaban su cuerpo fuera del radio de proximidad del menor.

Sí, sin duda aquello lo había alertado, pues sabía de quien se trataba y, peor aún, podía anticipar lo que ocurriría si no detenía todo aquello.

No obstante, cuando su cuerpo hizo el ademán de moverse hacia donde Jungkook estaba por tirar el primer golpe, un disparó a sus espaldas le hizo colocar todo en segundo plano, limitándose a centrar toda su atención en la escena que se alzaba a unas cuantas mesas de su lugar, justo donde RM se negaba a apartar su arma de la dirección del líder del Clan Gim... jodiendo aún más las cosas a los ojos del peli-menta.

Sucediendo de forma paralela a aquel instante, a unas escasas mesas al fondo del salón, tan solo una simple frase había sido suficiente para quebrar la paciencia de oro que caracterizaba al Killer.

"... ¿No es eso lo que siempre has hecho para llegar hasta dónde estás?"

Lo sabía.

Por sí solas, aquellas palabras no significaban nada... pero RM y Jin habían tenido que soportar el inmenso asco que les produjo la actitud de aquel Alfa durante extensos minutos.

El rubio había sido rápido, lo admitía.

Sus actos recayeron en Jin tan solo algunos minutos después de que la reunión concluyera... y no había perdido ni una sola oportunidad de insinuársele al Omega, alagándole su belleza y destreza para cualquier cosa.

Estaba de más decir que, todo intento concluyó en un rechazo tajante por parte del Omega... algo que solo hirió profundamente el Orgullo del rubio, dando como resultado el que esas frases venenosas y frías, tan solo terminaron por romperlo todo.

¿Qué había sido?... RM no lo recordaba bien, pues su mente se vio nublada por la ira tan solo unos pocos segundos después.

"¿Qué sucede RM? ¿Tan bueno es en la cama como para no quererlo compartir nunca más con los demás? .... ¿Eso estará bien para él?, porque ¿no es eso lo que siempre has hecho para llegar hasta dónde estás, Jin?"