Extra 2 La fiesta

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-Miren nada más lo que el viento arrastró hasta esta humilde vivienda- sonrió el castaño desde las escaleras principales, llevando su mirada a las cuatro personas que atravesaban el umbral de la puerta principal, donde el mar de personas aún se meneaba al ritmo de la música, siendo iluminados por los rayos de luz multicolor que se movían continuamente en la oscuridad de la noche- Realmente no esperaba verlos aquí... Y mucho menos a ti, Suga

-¿Esa es tu manera de saludar, Jackson?- comentó el Alfa con seriedad al tener al castaño frente a él, sin obtener el típico resultado de nerviosismo y miedo que por lo general obtenía de todos a su alrededor.

-Relájate un poco, hombre. No estamos en horario de trabajó- bromeó sin importancia, dirigiendo su atención a los Omegas que no paraban de analizar el lugar, algo que solo le causó más gracia ante tanta sorpresa- ... Si miran demasiado, las paredes se desgastarán

-Jackson... ¿para ti esto es humilde?- cuestionó Tae, elevando su voz ante el estruendoso sonido que dominaba el lugar.

Si llevaba su mente a unos años atrás, donde las fiestas del Alfa eran realizadas en algún club de mala reputación o en el viejo edificio que solían utilizar como punto de reunión, realmente no había comparación con aquella... mansión.

Si bien, la casa no era literalmente un castillo sacado de un cuento, vaya que era enorme a comparación de su antiguo departamento y mucho más elegante que el club... y sinceramente, para ese instante, Tae no podía decir que le sorprendía más. Si lo era el tamaño, la elegancia en la decoración que variaba entre el negro, plateado, el café de la madera y el cristal... o el que tuviese una maldita piscina al cruzar las puertas al final de la extensa sala, donde parecía que la fiesta se descontrolaba más entre la bola de salvajes que aventaban a sus amigos en un descuido al agua, sosteniendo las botellas de alcohol sin borrar las sonrisas de sus rostros.

-Pues... es pequeña en comparación a la que le había echado el ojo- comentó Jackson en medio de una ladina risa, contemplando como el Omega se sorprendía más.

-Lo bueno que es "humilde"- zanjó Jimin al mirar a Jin, atrayendo la vista del mayor hacia él.

-Lo soy. El tamaño de la casa realmente no tiene mucha importancia que digamos- aseguró Jackson mientras lo analizaba con curiosidad, topándose con aquel accesorio que jamás había visto antes en él... ni mucho menos en los otros dos Omegas desde que los conoció- Pero dime algo, Jimin... ¿Qué pasa con ese collar?

Al escuchar la pregunta, Jimin no pudo evitar estremecerse ligeramente, llevando la mirada a Jin, el cual no logró hacer más que girarse un poco, dejando una mayor vista del collar que adornaba su cuello.

-No puedo creer que Jeon y los demás hayan logrado lo que nadie- rió el castaño al jalar un poco del anillo plateado que colgaba con elegancia de la gargantilla de cuero que portaba Jimin- Pudieron colocarles un collar de protección... con todo y sus feromonas en él

Y ahí estaba la razón por la que tanto odiaban usar un collar.

Si bien, durante varios años, los tres Omegas se habían visto orillados a usar uno por mera protección y demanda de sus familias, cuando habían ascendido en la mafia, viendo su capacidad de protegerse a sí mismos sin necesidad de portar un collar, la idea de llevarlo, lentamente se fue disipando en sus mentes, volviendo aquel accesorio la descripción total de "sumisión y propiedad". Algo impensable a la mente del grupo.

Con los años, todos cayeron en cuenta de que aquellos Omegas no entraban en la misma oración con la palabra collar, haciendo que su reputación se estableciera sobre la idea de los poderosos e intocables Omegas, los cuales solo jugaban y se divertían con los Alfas a su antojo y demanda, sabiendo que nadie, ni en sus más recónditos sueños, podrían llegar a marcar a esos tres, inclusive si no portaban un collar con ellos.

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