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Capítulo 21 Punto de quiebre

Al escuchar aquella ronca voz, Jin solo pudo girarse mientras un profundo temblor le inundaba el cuerpo, poco antes de toparse directamente con la mirada dorada de Nam-joon, la cual le analizaba desde su posición a unos cuantos pasos de distancia.

En ese instante, el Alfa parecía completamente agotado, en comparación a la última vez que le había visto, tan solo una hora atrás.

Su mirada reflejaba una profunda incomodidad, mientras el sudor comenzaba a descender en finas y pequeñas gotas, por la tersa piel de su frente, algo que, sumado a su respiración entrecortada, tan solo le daba un aspecto más enfermizo, tal como si una intensa gripe le hubiese asaltado en los últimos minutos.

-¿Qué haces fuera del departamento a esta hora, Seokjin?- cuestionó nuevamente Nam-joon en medio de un pesado suspiro, evidenciando su mal estado al arrastrar ligeramente cada palabra- Creí que les había pedido que se mantuvieran alejados del departamento

-Yo... Recibí un mensaje de Lisa. Los chicos guardaron la mercancía. Toda está intacta- comentó el menor tras algunos segundos de reflexión, terminando por excusarse tras aquel dato poco relevante.

-Lo sé... el mensaje también me ha llegado a mi- respondió el Alfa, mientras su expresión cambiaba a una llena de confusión y duda ante lo dicho por el menor.

¿Qué tenia de relevante aquello para que el Omega quebrantara su pedido de alejamiento?... ¿por qué tenía que llegar en ese instante si podía simplemente mandarle un mensaje?

No comprendía que pasaba por la mente del menor, pero realmente no era el momento de insistir en aquello... no cuando su poca cordura comenzaba a deteriorarse más y más, aun cuando se había colocado un supresor algunos minutos atrás.

-Jin... será mejor que regreses. Si necesitas algo, puedes mandarme un mensaje- comentó el Alfa en medio de un intento por comenzar a caminar hacia la entrada del departamento, buscando desviar su atención en la fuerza ejercida en la bolsa que pendía de su mano, y la cual, justo en esos momentos, era aferrada con fiereza, mientras un claro y evidente gruñido, rasgaba la garganta de RM al instante en el que el aroma de Jin se volvía más y más claro ante su nariz.

-...¿Saliste de compras?- preguntó de la nada el Omega al escuchar el crujir del plástico, justo cuando el mayor pasaba por su lado, notando como este se detenía ante su pregunta.

-Sí... necesitábamos algunas cosas y Suga está conteniendo a Hoseok en su habitación. Por eso he ido yo- respondió de la forma más neutral posible, algo que, a cada segundo, se le dificultaba más conforme su lobo comenzaba a despertar de su transe.

-Pudiste llamarme. Yo pude ir a conseguirlo... Necesitas descansar

Mientras cada palabra recaía con sutileza en los oídos del Alfa, más inestables se volvían sus sentidos y raciocinio, obligándolo a aferrar con fuerza la perilla de la entrada.

-Jin, lo que necesito ahora es que te vayas. Nada más- insistió el Alfa, tratando de ignorar al máximo el cítrico aroma que desprendía el Omega a su lado... algo que, para esas alturas, era prácticamente imposible.

Menos cuando Jin seguía sin parar de hablar.

-Nam-joon...

-¡Carajo, Jin. ¡Tan solo vete! - gruñó RM antes de volverse en un gesto completamente frustrado hacia el Omega, el cual, debido a la repentina acción, se removió en su lugar con cierta incertidumbre- Tu aroma está infestando todo el maldito lugar. ¿Es tan difícil mantenerte apartado unos jodidos días?

-¡Lo es si ustedes están mal- gruñó de vuelta Jin, suprimiendo aquel temor que comenzaba a crecer en su interior, y tan solo concentrándose en encarar con firmeza al Alfa que, en esos momentos, le miraba con sorpresa- Ustedes nos han salvado antes y han dicho que éramos un equipo, y el deber de un equipo es procurarse. No podemos simplemente mantenernos alejados como si nada ocurriera, cuando ustedes están tan mal por nuestra culpa