Capítulo 11 Propuesta

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Tras aquel primer encuentro en la entrada al desgastado edificio, el Alfa había invitado al menor a entrar, notando la intranquilidad en su cuerpo y en su aroma, mismo que si bien, era dulce y ligeramente ácido por naturaleza, en ese momento se encontraba turbulento, volviéndolo sutilmente amargo. Señal que le indicaba que el menor no se encontraba muy cómodo.

En un intento por tranquilizar al Omega, Nam-joon terminó reduciendo su aroma, haciéndolo casi imperceptible, algo que, de cierta forma, agradecía Jin... aunque su lobo lo lamentase por perder aquella fragancia tan deliciosa a café.

Tras bajar las escaleras de metal y recorrer los pasillos iluminados que mantenían la fragancia entremezclada del café, la menta y la canela, en un hilillo tranquilo y poco penetrante, el Alfa se detuvo frente a una puerta, abriéndola fácilmente mientras permitía que el menor entrase primero.

No obstante, cuando el mayor parecía hacer el ademán de cerrar la puerta después de ingresar, algo en su mente le hizo detenerse, volviendo la mirada hacia el Omega que parecía analizar el lugar.

-¿Gustas que la deje abierta?- preguntó, logrando que la mirada avellana del menor se girase a él sin entender demasiado- La puerta. Mi estudio no cuenta con ventanas así que no me gustaría que mis feromonas llegaran a lastimarte

-...Está bien si la cierras. Estoy bien... Gracias- habló Jin en un hilillo de voz, regresando su vista al interior de aquella sala mientras el sonido de la puerta cerrándose, hacía un eco tranquilo.

El lugar en sí, había logrado sorprender a Jin, pues era algo que poco esperaba del líder de aquel grupo de gangsters.

La habitación estaba tapizada en madera, con un escritorio negro al final de la sala, mismo que mantenía una pequeña cafetera sobre ella.

A los costados del salón, pudo divisar algunos estantes repletos de libros en una de las paredes, mientras dos sillones negros se encontraban adornando el centro del lugar, complementando junto a una pequeña mesa cristalina.

En cuanto a la iluminación, Jin rápidamente captó varias lámparas situadas en distintos puntos, desde la que se encontraba junto al escritorio, hasta la inusual forma curveada de metal que sostenía una esfera luminosa junto a los estantes, alumbrando los sillones. Algo en verdad extraño, pero sumamente original.

-¿Gustas algo de beber?- preguntó Kim, sacando al menor de sus pensamientos de forma amistosa- Té, café... tal vez vino

-¿Tomas vino?

-¿Te sorprende?- preguntó de vuelta el mayor mientras miraba tranquilamente al castaño, quien solo asintió un poco nervioso- Solo en ocasiones. No es muy a menudo

-Té está bien...- respondió el menor, observando como el Alfa preparaba todo desde su escritorio, sacando la bolsita de té de uno de los compartimentos del escritorio y regresando poco después a donde Jin aun esperaba de pie, sosteniendo una taza y una copa de vino.

-Puedes sentarte...- comentó Nam-joon de la forma más neutra posible mientras le entregaba la taza, sabiendo de sobra que el Omega estaba sumamente nervioso.

Al sentarse uno frente al otro en aquellos sillones, Jin no pudo evitar sentirse más ansioso, no solo por la tan repentina propuesta del mayor o por su escape tan furtivo de su departamento para verlo... sino por aquella sutil fragancia que lograba descolocarlo aun cuando fuese tan ligero.

-¿Por qué me pediste que nos encontráramos?- preguntó al fin el Omega, llamando la atención del pelinegro, quien abandonó momentáneamente su copa frente a él.

-Necesitaba hablar contigo sobre un asunto- explicó- Sobre todo con lo que ha pasado últimamente

-¿Sobre qué?- cuestionó de forma tranquila, aunque la respuesta era más que evidente.

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