Gael
- ¿Ya se va? - escucho que pregunta la secretaria de mi hermano a una pelinegra que está de espaldas a mí, mientras voy acercándome hacia la oficina de Edahi. Me fijo en su silueta según llego hacia ellas, no sé exactamente dónde, pero tengo la sensación que ya he visto antes a esta mujer.
- Sí, tu jefe tiene mucho trabajo - escucho su suave voz y sonrío al ver como hace comillas con las dos últimas palabras. Parece ser que ha conocido a mi querido hermano Edahi, me rio internamente.
Vaya, este no debe ser el mes de mi hermano, la segunda mujer que según parece, no cae hipnotizada ante sus encantos. ¿Habrá perdido su toque? ¡Dios, no me quiero ni imaginar de qué humor estará!
Continúo lentamente mi andar, para no interrumpirlas, y ¿para qué negarlo?, también quiero saber cómo acaba la conversación, lapídenme por chismoso si quieren. Escucho atento como quedan para este viernes, y le agradece el trato recibido. Una mujer educada.
- Tranquila señorita, es mi trabajo - le sonríe la secretaria de Edahi.
- Un trabajo muy duro, por cierto - puntualiza la pelinegra generando una pequeña carcajada en ella, carcajada que yo evito imitar - Lo dicho, el viernes te traigo un dulce para que puedas soportar mejor al pitopaúsico de tu jefe.
Oh, dios mío. Si Edahi la escuchara estoy seguro que le daría un buen castigo. ¿Pitopaúsico? ¿Qué se supone que significa eso? ¿Vendrá de pitopausia? ¿Eso si quiera existe? Sin poder evitarlo suelto una gran carcajada, llamando la atención de ambas señoritas.
- ¿Pitopaúsico de pitopausia? ¿Esa palabra existe? - pregunto sin poder contener la risa. No sé qué le habrá hecho mi hermano a esta chica, pero conociéndolo como lo conozco, estoy convencido que de algún modo, se lo ha buscado.
Antes de contestar, la pelinegra gira sobre su eje con un leve rubor en sus mejillas se queda mirándome fijamente. Y no me lo puedo creer.
¡Oh, jo-der! No puede ser, esos ojos ¿en serio es ella? Es la misma chica que fotografié en el mercado. No me lo puedo creer. ¿Es real? Parece que el destino me la pone en el camino. Gracias, gracias, gracias.
Intentando disimular la gran emoción que siento de toparme de frente y sin buscarlo con la chica que tanta curiosidad me ha causado estas últimas semanas, pongo mi mejor sonrisa e ignorando el rubor que ella tiene en las mejillas - que por cierto, la hace ver tierna - doy un paso al frente para presentarme con ella. No pienso perder esta oportunidad, no al menos para lo que tengo pensado.
- Buenas, soy hermano del pitopaúsico - intento sonar divertido y quitarle hierro al asunto. Ella no reacciona, solo abre de forma exagerada sus preciosos ojos y se queda...¿bloqueada? ¿Pensará que se lo diré a Edahi? - Tranquila, será un secreto - le guiño un ojo - si me dices qué significa esa palabra.
- Pitopaúsico, menopaúsica - explica ella totalmente ruborizada intentando no apartar su mirada de la mía - lo siento, yo, no suelo ser tan descarada - intenta justificarse hablando rápido y nerviosa.
- Tranquila, sé cómo suele comportarse Edahi - intento que se relaje poniendo una sonrisa amable - estoy seguro que tus razones tendrás, señorita...- vuelvo a intentarlo. Quiero saber quién es, esta vez no se me escapa.
- Des - me dice ella curvando sus voluptuosos labios hacia arriba, dios y qué sonrisa - lo siento, me tengo que ir.
- Espero volver a verte - le digo algo decepcionado por no poder hablar más con ella. Tampoco la voy a presionar, se le nota levemente incómoda.
- Igualmente - responde ella despidiéndose de nosotros con una sonrisa en su rostro y desapareciendo en el ascensor.
No despego mi mirada del camino que sigue, hasta que las puertas del ascensor se cierran, sé que debo tener una sonrisa bobalicona. Pero, ¿qué queréis? La he encontrado sin buscarla. No sé qué he podido hacer en esta vida que sea tan bueno, pero ¡gracias universo!
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Dulce y sin azúcar añadido
ChickLitDesa Wilkinson, ahora conocida como Desa Wilson, es una joven impulsiva y llena de sueños, cuya vida personal se limita a su establecimiento "El rincón de Des" y sus dos amigos y única familia, Jael y Chris. Tiene sólo dos objetivos: mantener su vid...