18. Black Friday Night

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Edahi

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Y más mierda!

Me lamento dando vueltas por mi despacho, mientras me suelto la corbata que me da sensación de ahogo al darme cuenta de lo mal que ha ido la reunión. Nada que ver como quería que fuera en realidad.

Aunque sé que no es excusa, el día ha empezado mal desde que la acosadora, ha intentado contactar conmigo. Después de casi hacer que arda mi teléfono con sus insistentes llamadas, ha venido a la empresa a reclamarle a la recepcionista que la deje pasar. Cuando sabe de sobra que tiene pohibida la entrada.

Según me ha contado la propia recepcionista, ha creado un escándalo en recepción. Y por si eso no fuera poco, antes de la reunión con la preciosa señorita Wilson, aparece mi hermano Gael a decirme las verdades que no quiero oír. Porque sí, aunque no se lo haya reconocido a él y nunca lo vaya a hacer, estoy así en parte porque quiero. O mejor dicho, porque no pongo remedio.

Pero, en serio ¿Es necesario llegar a tomar esas medidas? Tal vez tenga que hacer caso a mis hermanos y deba hablar con el abogado de la familia para pedir una orden de alejamiento.

En la reunión he conseguido, por un momento, dejar de pensar en mis problemas y he podido centrarme en la presentación de la señorita Wilson. Debo reconocer que me ha impresionado, ha sido una presentación amena y profesional. Con una variedad de productos que ha teniendo el detalle de preparar una pequeña degustación con parte de los postres que ha presentado.

Todo estaba delicioso, debo admitir. Incluso ha conseguido sacarme alguna sonrisa, hasta que ha mencionado su cita y algo en mí se ha apoderado. Una especie de necesidad imperiosa de saber con quién saldrá la pelinegra.

Esto tampoco lo voy a reconocer.

— ¿Cómo ha ido la reunión, hermanito? — pregunta Gael entrando sin llamar — ¿Edahi? — vueleve a preguntar quitando su sonrisa y mirándome confundido.

— ¿Tú qué crees? — le pregunto intentando en vano suavizar el tono.

— Ey, ey...tranquilo — me dice sentándose enfrente mío y levantando las manos en son de paz.

— Lo siento, hermano — le digo frustrado frotándome la cara con las manos.

— ¿Quieres contarme? — me pregunta restándole importancia a mi actitud.

— Señorita Hansen — me comunico con mi secretaria — traiganos unos cafés, por favor.

— En seguida, señor Gleeson.

Mientras que llegan los cafés, le hago un breve resumen a Gael de lo que ha sido mi mañana, aunque ya conocía parte.

— Con permiso — dice la secretaria después de depositar los cafés sobre el escritorio.

— Decías que la presentación estaba yendo muy bien — dice mi hermano tomando un sorbo de su café y retomando la conversación — ¡hasta trajo el almuerzo! ¿Entonces qué pasó?

— La invité a cenar hoy para celebrar el acuerdo — confieso acabándome mi café.

Parece que los engranajes del pensamiento de mi hermano empiezan a funcionar. Ya que tras un breve silencio con gesto pensativo, me mira y cambiando su semblante me pregunta.

— ¿Te rechazó? — pregunta abriendon los ojos de par en par. Y es que no es para menos, nadie rechaza al ... — pensaba que nadie rechazaba al gran Edahi Gleeson — se burla Gael.

— ¿A eso has venido? ¿A burlarte? — le pregunto poniendo un gesto serio. No me gusta que se rían de mí y mucho menos que lo haga mi familia.

— Vale, vale... — dice intentando ponerse serio — veo que te ha dado fuerte, no parece que tengas el orgullo herido, así que descarto el rechazo — continúa hablando con la mano en la barbilla, como si yo no estuviera presente — Ya veo, ¿Te gusta?

Dulce y sin azúcar añadidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora