16. Juernes tres chocolates

384 50 5
                                    

Desa

— ¡Por fin juernes! — exclama Cris cuando me ve entrar a la cafetería con varias bolsas de frutas.

— ¡Ey! No me robes mis palabras inventadas — le lanzo un falso regaño, dejando las bolsas sobre la encimera de la cocina.

— Tiene razón, Cris — me apoya Jael ayudándome a guardar la fruta en la nevera — no le robes sus palabras.

— ¿Y esa felicidad? — pregunto a Cris mirando con los ojos entrecerrados a Jael. A veces no sé si Jael está siendo sarcástico o me está dando realmente la razón. 

— Te acuerdas del plan del viernes ¿no, querida? — me pregunta Cris escrutándome con la mirada.

— ¿Cómo crees? — pregunto haciéndome la ofendida — Claro que no me he olvidado de nuestros planes.

¡Y como para olvidarme! Me daría la tabarra durante mucho tiempo. Cris es muy cansino cuando se lo propone.

— Más te vale — me amenaza él haciendo un gesto llevando sus dedos desde sus ojos a mí para avisarme que me vigila.

— Bueno, ¿y cuál es el plan? — les pregunto sonriendo por ese ridículo intento de amenaza.

— He reservado nuestra mesa en Brasserie — nos informa Jael — tenemos que estar para las nueve.

— Y después de nuestro tradicional helado de rigor — continúa explicando Cris.

— ¡Tenemos una sorpresa! — anuncian ambos a la vez y demasiado emocionados.

Esto me huele raro. ¿Qué estarán tramando?

—¿Sorpresa? — les pregunto con intriga y algo de miedo, para qué negarlo. 

Son muy dados a liármela.

Superprehensus que significa "cosa inesperada", "pillar a alguien desprevenido" y "dejar a alguien en estupor". Así que ni lo intentes — advierte Jael.

Será listillo...

— Vale, vale — respondo levantando mis manos en rendición, sé que no les sacaré nada — haré algo productivo y continuaré con el trabajo. Deberíais hacer lo mismo — les digo sacándoles la lengua y yéndome con la cabeza en alto.

Tal vez, si muestro indiferencia...La esperanza es lo último que se pierde, ¿no?

La mañana se me pasa rápida, entre preparar pedidos y atender a los clientes que todos los días llenan el local. Ahora, estoy preparando la tarta de tres chocolates que llevaré al hospital para el día del chocolate. Primero, preparo la base de la tarta, mezclando galletas machacadas con mantequilla líquida. Pongo la mezcla en el molde y lo meto a la nevera para que se enfríe y se solidifique. Mientras se hidrata la gelatina neutra, pico los tres tipos de chocolate dejándolos en tres cuencos diferentes. 

En una pequeña cazuela vierto la crema de leche y agrego el chocolate picado, llevándolo después al fuego y removiéndolo hasta lograr una mezcla homogénea. Añado la gelatina y el bicarbonato y sigo removiendo sin dejarle hervir hasta que la gelatina se haya derretido. Cuando la preparación pierde un poco su calor, lo vuelco sobre la base de galletas y una vez ha cogido temperatura ambiente, lo meto en el frigorífico para para que se solidifique. 

Repito este proceso con los tres tipos de chocolates y aprovecho para comer mientras espero a que se enfríe para poder decorarla. 

— ¿Ya te vas? — me pregunta Jael cuando estoy metiendo la tarta en una caja para llevármela al hospital. 

Dulce y sin azúcar añadidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora