Desa
Aprovechando que el restaurante turco no se encuentra muy lejos de mi casa, voy caminando y pensando en todo lo que ha ocurrido en la cena. A decir verdad, me sorprende haberme abierto tanto con Seren. Ella es una mujer que me produce ternura y me transmite mucha confianza. Durante toda la cena me he sentido cómoda, gracias al sentimiento de familiaridad que me transmitía. aunque también reconozco que algunas preguntas o insinuaciones me han hecho sentirme algo nerviosa. Creo que esa mezcla de sentimientos me ha puesto nostálgica y eso me ha hecho abrirme con ella y he acabado contándole todo. Mi pasado, mis orígenes, él...
No ha sido fácil hacerlo, nunca lo es. Pero he sentido la necesidad de desahogarme con ella y realmente así ha sido, me ha llenado una gran tranquilidad después de haberlo sacado todo. Es la primera vez que hablo sobre esto con una mujer, hasta ahora solo podía hacerlo con mis grandullones. Mi terapeuta estaría orgullosa.
Seren no me ha defraudado, no me ha juzgado y no me ha mirado con lástima. El haber confesado en voz alta la realidad que intento olvidar, me ha proporcionado una paz interior tremenda. También me ha hecho reflexionar en mi vida, en cómo la quiero llevar y las cadenas que quiero y debo dejar caer. Es tanta la serenidad y la falta de presión que siento que soy consciente que camino por las frías calles con una enorme sonrisa.
Al entrar en casa, aunque casi son las doce de la noche, me sorprende el silencio que percibo. ¿Ya se habrán ido a dormir? Lo dudo, conozco a los grandullones y sé que querrán hablar de lo ocurrido. Pensamiento que se confirma al llegar a la habitación de ellos y ver un hilo de luz salir por debajo de la puerta cerrada. Antes de entrar y conociéndolos como los conozco, decido poner la oreja sobre la puerta y comprobar que no están haciendo sus cochinadas.
Sí, ya saben, perro con hambre sueña con hueso.
Solo escucho susurros, ni gemidos ni jadeos. Bien.
- ¡Ya estoy en casa mis grandullones! - exclamo lo suficientemente alto para que me escuchen mientras me dirijo a la cocina a prepararme un té. Apenas dos minutos después, escucho la puerta del dormitorio de Cris y Jael ser abierta. Aguanto soltar una carcajada cuando por el rabillo del ojo veo como ambos asoman su cabeza por el marco de la entrada de la cocina. Parecen dos niños antes de ser regañados por sus padres. Y sí, lo más lógico es que después de la noche de ayer tuviera una reacción...¿no muy buena?
- Chicos...- les digo sin levantar la vista de la taza de té mientras soplo.
Sería divertido tomarles el pelo y hacerles sufrir, que crean que aún estoy enfadada y disfrutar de sus acciones para que les perdone. Pero no lo voy a hacer, ahora necesito hablar con ellos. Hoy se han removido muchas cosas en mí, sumemos eso a los tres dioses que se aparecen en mis sueños y tenemos a una Desa que puede colapsar emocionalmente en cualquier momento.
- ¿Os apetece una taza de té? - les pregunto levantándome del taburete de la cocina. Ninguno contesta, se miran entre ellos confundidos y luego a mí - tranquilos ya he cenado, no os voy a comer - les digo divertida poniendo dos tazas en la encimera.
- ¿Está todo bien? - pregunta Jael acercándose con precaución a mí. Asiento mirando a ambos con una sonrisa.
- ¿Te has dado un golpe? ¿Tienes fiebre? - pregunta Cris poniendo su palma en mi frente como si estuviera midiendo mi temperatura. Menos mal que no puede medir otro tipo de temperatura...me río sola.
- Si lo preferís vuelvo a mi estado de esta mañana - los amenazo golpeando la mano de Cris para que la retire de mi frente.
- ¡No! - exclaman ambos abriendo mucho los ojos y acercándose a mí consiguiendo que sonría.
![](https://img.wattpad.com/cover/293885578-288-k784387.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Dulce y sin azúcar añadido
Chick-LitDesa Wilkinson, ahora conocida como Desa Wilson, es una joven impulsiva y llena de sueños, cuya vida personal se limita a su establecimiento "El rincón de Des" y sus dos amigos y única familia, Jael y Chris. Tiene sólo dos objetivos: mantener su vid...