Louis toda su vida ha estado enamorado de su vecino, aquel Alfa rizado que le hace suspirar, aquel que hace a su corazón latir y a su omega llorar. Pero la vida nunca es fácil, y mucho menos cuando pasan su celo juntos y Harry esta a pocos días de c...
🎵Solo el amor puede doler así Debe haber sido un beso mortal Solo el amor puede doler así Digo que no me importaría si te fueras Pero todas las veces que estás ahí, yo te imploro para que te quedes Cuando te acercas, yo simplemente tiemblo🎵
-Paloma Faith
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Había pasado dos días desde el accidente de Derek, el omega estaba asustado, aun no era capaz de entender cómo es que fue drogado, pero ahora le preocupaba Harry, le repitió que eran veintitrés barriles que contenían el vino ya casi listo, solo que el Alfa parecía vivir en otro planeta, en aquella libreta había un jodido veintiocho.
―¿Ya me vas a decir que te pasa? ―Harry bufó mientras salía de la bodega. Derek no dudo un segundo en seguir su paso.
―Algo que no te interesa, mocoso. Solo metete en tus asuntos ―se alejó unos metros, aunque minutos después lo tenía detrás como si fuera una sombra. Harry no respondió sus indagaciones, trabajaba y revisaba papeles en la oficina principal.
No quería pensar demás, aun es su mente creía que era una jodida alucinación ¿Si a Derek lo drogaron? Suponía que también le podía pasar lo mismo.
El auto engaño servía la mayor parte del tiempo, luego recordaba todo como en cámara lenta y volvía al principio.
Louis estaba mejor sin él. Si las posibilidades de que el omega se encontraba en Florencia eran positivas, lo que menos quería era arruinarlo una vez más. Por una razón Louis y Peter se fueron de su lado y él solo tenía que aceptarlas.
Aunque quisiera ver a Peter, decirle a su hijo que lo perdone y que, si se lo permitía podría ser un buen padre, porque un buen Alfa estaba claro que nunca lo fue. Tal vez se ganaría su confianza y en un posible futuro no lo odiaría, porque si eso pasaba Harry sería un hombre muerto.
A medida que lo pensaba, que su mente cruzaba esa línea era el motivo por el cual Derek le reprochaba que tenía la cabeza en otra parte.
Su mente añoraba no quitar ningún pensamiento sobre el omega, su corazón latía en cuanto lograba recordar cada cosa que paso con él, cada pequeño detalle, sus dulces labios adictivos, su piel bronceada que jodidamente no sabía cómo lo lograba si a Louis no le gustaba el sol, absolutamente todo.
Su pastel de chocolate que siempre era acompañaba con te dé frutos rojos, su manera de no querer despertar en las mañanas si no recibía su dosis diaria de besos y caricias.
¡Y rayos! Su aroma, a Harry le tomó mucho tiempo darse cuenta de que la vainilla iba con otra cosa más, jodidas almendras que complementaban su olor, no era demasiado empalagoso, era perfecto para que todo el mundo lo ame. Aunque para ser sinceros, Harry no quería que nadie más lo disfrutara sino no era él, nada más.
―Los viste ―susurró Derek― es por eso que estas así, has estado tocando esos colgantes por más de diez minutos sin tomarme atención.
― ¿De qué hablas? ―preguntó Harry. Dejando en paz su cadena sagrada, evitó darle un beso por la presencia del aquel metiche mocoso.
