Louis toda su vida ha estado enamorado de su vecino, aquel Alfa rizado que le hace suspirar, aquel que hace a su corazón latir y a su omega llorar. Pero la vida nunca es fácil, y mucho menos cuando pasan su celo juntos y Harry esta a pocos días de c...
🎵 En otra vida Tal vez tú y yo Estaríamos bajando por el pasillo Vestidos de blanco
Puedo ver que todo lo que necesitas Es todo lo que yo nunca seré Pero todos cambian Todos cambian Di adiós y déjalo ser Pensé que eras la indicada para mí Pero todos cambian 🎵
-Kodaline
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Los días en Hillsboro han estado calmados, ahora Louis veía preparar a todo el mundo los adornos para el aclamando Halloween, incluso el mismo Harry había decorado su casa con telarañas sintéticas y fantasmas en la entrada.
Peter ocultaba algo con su padre y Louis desconocía lo que tramaban ya que no era normal su comportamiento, sus salidas eran cada vez más con frecuencias y ocupaban las tardes con su excusa de que era tiempo de calidad padre/hijo.
El omega rogaba que no sea lo que pensaba, porque el jodidamente no iba a usar un traje para celebrar aquel día, cuando estaba en Italia usualmente sabía hacer algo parecido con un día de diferencia, pedían dulces, el encargado de eso era Zayn, el llevaba a Peter por las diferentes casas.
Louis solía quedarse en casa haciendo Fave dei Morti para algunos de sus clientes y pasaba el día muy ocupado.
Ahora todo esto le parecía ajeno, desconocido y solo habían sido cinco años fuera de casa, solía ayudar a Remy pedir dulces antes de irse, esperaba que su madre no le asignara la tarea nuevamente.
Cuando el timbre de la puerta sonó se sorprendió mucho al ver la hora, era un sábado y todavía muy temprano para que su par de Alfas llegaran, aunque no imposible.
Se lavó las manos con emoción sacando todo el glaseado y se secó con una toalla, porque estaba haciendo galletitas en forma de calzaba y tumbas, ya quería ver la reacción de su hijo, y pueda también un poco la de Harry, el Alfa decía que amaba sus postres.
Harry le gustaba hasta el pastel quemado de chocolate y solo lo mencionaba para complacerlo diciendo que era lo más maravilloso que ha probado, no pudo dejar de sentir aquellas mariposas en su estómago por tal acción, Harry le hacía experimentar lo que desconocía, cada palabra, cada cosa era como llegar a la luna y el omega no estaba dispuesto a regresar a la tierra.
Abrió la puerta con una sonrisa, pero aquella cayó al observar a la mujer parada en la entrada.
Julia traía una sonrisa ladina, sus oscuros ojos lo veían con cautela, llevaba un traje y en sus manos un pie de calabaza, el olor dulzón era incomparable de aquel postre.
―Vine a ver a mi hijo ―su voz, aquella que le dio un escalofrío, quería correr, entrar a su nido y esconderse entre las mantas. Esa mujer le daba mucho miedo.
―Está... está con Peter, tal vez lleguen más tarde. ― Julia se adelantó un paso y Louis retrocedió dos, parecía que su traicionero corazón quería salir de su pecho y no por una buena razón.
