Louis toda su vida ha estado enamorado de su vecino, aquel Alfa rizado que le hace suspirar, aquel que hace a su corazón latir y a su omega llorar. Pero la vida nunca es fácil, y mucho menos cuando pasan su celo juntos y Harry esta a pocos días de c...
🎵El fuego en el fuego normalmente nos mataría Pero todo este deseo, juntos, somos ganadores. Dicen que estamos fuera de control y algunos dicen que somos pecadores Pero no dejes que arruinen nuestros hermosos ritmos. Porque cuando me despliegas y me dices que me amas Y miras en mis ojos Eres la perfección, mi única dirección. Es fuego en fuego🎵
-Sam Smith
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―Yo...
¿Valía la pena todo esto? ¿Estaba dispuesto a entregar su corazón una vez más?
―Lou, yo sé que te quedaste con la idea de que sufría por la muerte de Jenn y Emily, pero mi único sufrimiento era no haber tenido el coraje hace años de quedarme contigo. Cuando me casé y vi que no había marcha atrás, lo supe, supe cuan equivocado estaba. Te había perdido para siempre ―El Alfa suspiró. ― Sé que me perdonaste aquel día en el hospital, y no era tu culpa, era la mía, yo tuve la culpa de todo tu dolor, de las muchas cosas que te dije y que te lastimó.
El omega solo dejaba escapar pequeñas lágrimas de sus cristalizados ojos, ante las palabras que ahora eran dichas por aquel Alfa.
La paciencia era una virtud, pero a Harry le estaba costando bastante esperar aquella respuesta, él lo sabía, aquellas palabras definirían su futuro y su tranquilidad, solo así podría regresar a Nashville en paz.
Louis parpadeó dejando salir las ultimas lagrimas acumuladas en sus ojos, unos segundos que se volvieron eternos, y que parecían no tener fin.
―Claro que te perdono ―dijo finalmente, lo que le dejó desconcertado fue el beso que Louis le dio. Sobrepasaba todo lo que creía merecer del ojiazul. Era un beso hambriento, un poco rudo, como si sus labios no se hubieran unido en tanto tiempo y ahora se necesitaban uno del otro.
Louis jadeó. Harry volvía a experimentar todas las sensaciones que abarcaban tener al omega en aquella posición, nunca se cansaría de aquel sabor; aquel aroma que podía volver loco a cualquiera, y como gran egoísta, le pertenecía solamente a él.
―Omega ―logró susurrar Harry cuando Louis se separó― Gracias por perdonarme ―juntó sus frentes intentando regular sus respiraciones. Ambos cerraron los ojos, percibiendo el aroma en el aire de lo que eran juntos, y de lo que siempre serian. ― Enserio, lo agradezco.
― Yo... yo te amo, Alfa. Solo... solo a veces me cuesta decirlo en voz alta, porque se vuelve real, aquel sentimiento es muy grande ―Harry sonrió cuando se volvieron a ver, Louis picó con uno de sus dedos el bonito hoyuelo de su mejilla derecha, dejando escapar pequeñas risitas.
―Lo sé, amor ―besó su frente, intentado no matar el momento, por las cosas que diría a continuación― Lou, creo que ya es tarde y me tengo que ir, aún tengo que mantener el rancho en orden y dejarlo listo antes de volver.
