Hace años atrás.
El pequeño Alfa se escondía detrás de las piernas de su madre; estaba llorando, con sus ojitos mojados y con una nariz roja como un jitomate. Era vísperas de Navidad y su padre los abandonaba, no habría regalos y la casa de seguro se sentiría fría y vacía.
Su hermano pequeño gimoteaba en la cuna a punto despertar, el pequeño Alfa no podía hacer nada, se sentía asustado y el olor de su mami no ayudaba.
― ¿Por qué te vas y me dejas? ―el grito de la Alfa le hacía estremecer, tenía ganas de correr y meterse bajo sus cobijas ¿Por qué todo cambio cuando su hermano nació? Ya no eran aquella familia amorosa que salía al parque los fines de semana a tomar helado o ver los cisnes en el lago, hoy eran algo diferente a lo que solían ser.
―Tú tienes la culpa, ese pequeño bastardo es un omega ¿Con quién jodidos me engañaste?―una cachetada sonora se oyó y el pequeño Alfa se tambaleó al ver como su madre casi caía al piso. Estaba asustado sostenía con fuerza el pantalón de la Alfa con sus pupilitas dilatadas en alerta, estaba temblando.
Los iris de sus cuencas verdes casi se perdían, de esos ojos hermosos que logró heredar y que su hermano también compartía.
Papá es un monstro, las palabras de su madre resonaban en su cabecita. Papá ya no nos ama.
―Con nadie, maldito bastardo. Solo estas buscando una excusa para irte y dejarnos ―había rabia en sus palabras, había dolor y decepción, como cuando las cosas no suceden como deben de ser y en un segundo tu mundo se venía abajo. ―Crees que no me doy cuenta de que tienes otra omega y que esa razón es por la que me dejas aquí con tus cachorros. Creer que no puedo oler su aroma en tu ropa de trabajo.
―¡Es mentira! ―los gruñidos le hacían estremecer, lastimaban su pequeño corazón. Era la quinta vez que oía a sus padres discutir.
―¿Qué? Acaso ella es más bonita, tiene curvas para tu diversión ―otro golpe, cerró sus ojitos, luego corrió y se escondió detrás del sofá, apenas era un niño de tres años y no entendía lo que estaba sucediendo.
Su madre esta vez sí cayó al piso con un leve estruendo, pudo notar como sus ojos se hacían rojos, sin embargo, las lágrimas no caían de estos.
―Mírate te has rebajado tanto para tenerme ¡Ruégame para que me quede! ¡Ruégame maldita bastarda! ―pero ambos Alfas no iban a ceder, no estaba en su naturaleza bajar la cabeza y ser sumisos.
―Por mi te puedes ir al infierno, pero no te diré que te quedes.― El padre rio con ironía, viendo lo descarada que era su ex esposa.
―Bien, no quiero una Alfa que me ha engañado con otro.― Vio por unos segundos al bebe de la cuna y luego miró al pequeño, sus rizos castaños, sus ojos verdes, era tan parecido a él, que por un momento sintió pena.
―Papi, por favor no te vayas ―rogó, pero no podía quedarse en una casa que no consideraba hogar, ni siquiera por ese pequeño que lo veía con tristeza. ―Papi... no te vayas ―tomó la maleta y solo negó con la cabeza, sin mirar atrás salió por la puerta. El pobre niño lloró con todas sus fuerzas. ―¡Papá, por favor!
La madre se acercó y lo rodeó con sus brazos, traía un labio lastimando y el pómulo oscuro por aquellos golpes. El bebé ahora lloraba demasiado y todo parecía querer colapsar, pero la madre sentía que si no se levantaba con ellos arrastraría a sus dos hijos aun hoyo y no sería capaz de ver aquello.
Su esposo la pagara muy caro por dejar a sus cachorros.
―Escucha cariño, tu eres el Alfa de esta casa, tú te encargaras de proteger a tu hermano.―El pequeño niño aun no paraba de llorar, pero asintió con la cabeza, con las magas de su suéter limpió sus ojos. La madre se levantó del suelo y tomó la mano del niño y juntos fueron a ver aquel bebé que seguro lloraba por hambre; ajeno a todo lo que estaban viviendo ahora.
―Sí, mami. Yo protegeré a Toni ―susurró Harry al ver a su hermano, el sería el único Alfa en la familia.
Aunque Julia tenía sus propios planes para sacar adelante a sus cachorros.
Haría todo, con tal de que no les falte nada. Incluso ir en contra de muchas cosas.
[...]
Sin esperanzas.
Harry sintió que esto no era correcto, miró por última vez a su madre que le sonreía y le animaba a recorrer aquello a lo que consideraba el pasadizo de la muerte. Toni estaba en primera fila negando con la cabeza, incluso Fanny Tomlinson estaba sentada mirándolo con el ceño fruncido.
Y cuando la vio llegar, cuando la vio con aquel vestido blanco caminando con una sonrisa en la cara supo que ya no había vuelta atrás.
Estaba jodido, pero se prometió a si mismo ser un buen Alfa, y si Tristán había abandonado a su familia, él no lo haría. No iba a ser un cobarde.
[...]
Huyendo.
―¡Sácate esa maldita idea de la cabeza! ¡Que tú no te puedes ir! ―Julia usó su voz Alfa para decir aquello, a pesar de eso Harry estaba recio a hacer su voluntad ―No eres diferente a tu padre, Harry. Abandonar a tu familia solo por una aventura de una noche ¡Qué clase de Alfa eres!
―No lo entiendes, Lou es...
―En que te has convertido, yo no te crie así―.Toni solo permanecía callado al lado de su madre sin levantar cabeza. ―Tenemos todo lo que siempre soñamos ¡No lo arruines!
―¿Lo tenemos? ―se atrevió a preguntar ¿Era esto lo que él quería?
―Hijo ―Julia se acercó para besar su cabeza, Harry por primera vez se tensó―Louis Tomlinson no vale la pena, es un simple omega que solo te ha hechizado, no puedes dejar todo por él. Hazme caso, se lo que es bueno para ti.
Harry dejo la maleta en el suelo cuando sus manos temblaron, respiró resignado asintiendo con la cabeza, había algo que lo llamaba a irse, pero Julia tenía razón, no era capaz de dejar a su familia atrás solo por un capricho.
―Bien, me quedare.
Era lo mejor que podía hacer, o al menos eso pensaba. Él no podía ser como Tristán, claro que no.
-LINA
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Stuck with me L.S ~Omegaverse~
FanficLouis toda su vida ha estado enamorado de su vecino, aquel Alfa rizado que le hace suspirar, aquel que hace a su corazón latir y a su omega llorar. Pero la vida nunca es fácil, y mucho menos cuando pasan su celo juntos y Harry esta a pocos días de c...