Louis toda su vida ha estado enamorado de su vecino, aquel Alfa rizado que le hace suspirar, aquel que hace a su corazón latir y a su omega llorar. Pero la vida nunca es fácil, y mucho menos cuando pasan su celo juntos y Harry esta a pocos días de c...
🎵Levántate Aguanta No te asustes Tu nunca cambiaras lo que ha sido y fue
Puede tu sonrisa Brille No te asustes Tu destino puede protegerte
Porque todas las estrellas Se estan desvaneciendo Solo trata de no preocuparte Las veras algun dia Toma lo que necesites Y se como tú eres Y deja de hacer llorar a tu corazón 🎵
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Lo que fue y lo que pudo haber sido.
El primer mes fue fácil, el problema llegaba cuando no tuvo más cosas para despejar su mente, y todo volvía con fuerza como una ola que le dejaba empapado bajo un montón de agua salada.
Entonces se dio cuenta de que esto iba a ser difícil, demasiado.
Desempacar era un alivio, pasaba ocupado la mayor parte del tiempo entre cosas o cocinando algún postre nuevo.
Fue así que Héctor le llamó y tembló al terminar aquella llamada inesperada.
"Se que es difícil, Louis. Sé que te va a costar, pero si sigues ocultando tu olor podría traer consecuencias futuras" había dicho.
Miró la caja que sostenía sus manos, no estaba listo para dejar esto. Aunque su hijo se lo pidiera a diario, le mataba no poder calmarlo con su olor sino tenia uno en un futuro cercano.
Era cuestión de un par de días para que su aroma volviera si dejaba de tomar la pastilla hoy mismo.
― ¿Mami? ―Peter apareció, asomó su pequeña cabecita por la puerta con el ceño fruncido― Tengo hambre ¿Podrías hacer pancakes, por favor?
―Claro amor, dame un segundo ―sacó la pastilla de la capsula metálica, la miró unas cuantas veces más. Sabía que en menos de una semana la suscripción de Héctor acabaría, pero no estaba preparado, no podía con eso.
Una lagrima traicionera bajó por su mejilla, no le preocupaba que Peter viniera a su rescate, no podía olerlo.
Y eso lo llevaba de nuevo al principio.
Tomó un respiro, pensó en las muchas cosas por las que paso este último año y luego dejó la capsula en el bote de basura junto con la caja entera. Tragó saliva y se levantó, buscó entre la pila de ropa que aún no acomodaba completamente y luego la miró ahí doblada perfectamente entre sus pantalones de chandal, la misma chamara azul de Harry, esa que solía ponerse para ir a Happy Day.
Y no lo pudo evitar, sus ojos se llenaron de lágrimas y como si tuvieran voluntad propia no dudaron en bajar por toda su cara, se dejó caer al suelo sosteniendo la prenda entre sus manos.
Esto era un desastre, un completo desastre, no solo porque Harry había parado su búsqueda, sino que lo extrañaba tanto que lograba doler de una forma sobrehumana. De una forma que a pesar que lo explicara tantas veces tal vez nadie entendería.
