Louis toda su vida ha estado enamorado de su vecino, aquel Alfa rizado que le hace suspirar, aquel que hace a su corazón latir y a su omega llorar. Pero la vida nunca es fácil, y mucho menos cuando pasan su celo juntos y Harry esta a pocos días de c...
🎵Necesito un héroe Estoy esperando a un héroe hasta el final de la noche Tiene que ser fuerte, tiene que ser rápido Y tiene que ser más grande que la vida, más grande que la vida
En algún lugar después de medianoche En mis fantasías más salvajes En algún lugar más allá de mi alcance Hay alguien que me está buscando 🎵
(No, no es la de Sherk XD )
-Ella Mae Bowen
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El sonido de la cafetera hizo su entrada triunfal, a pesar de haber dormido hasta las 7 a.m. no pudo obligar a sus traicioneros ojos a cerrarse un rato más, las manecillas del reloj eran un eco constante de que en menos de una hora el Alfa cruzaría por esa puerta.
Le había dicho que si a ese espantoso paseo, que ya de por si apeoraba la migraña matutina y más cuando Fanny la noche anterior insistió de nuevo que debía decir la verdad.
― ¿Puedes darme más pancakes, per favore ? ― No era de esperarse que el cachorro durmiera hasta tarde si era él que más ansioso estaba por aquel viaje.
Entonces Louis ensayó una y mil veces en su cabeza.
No puedo olvide que tengo que desempacar la vajilla, lo cual era una excusa tonta porque eso ya lo hizo y no es como si su hijo se pudiera quedar callado.
No puedo porque tengo cita con el doctor el cambio de horario me afecto. Tengo mucho dolor de cabeza. Y tampoco era válido por que tanto Peter y Harry se preocuparían por una mentira, sus migrañas eran fuertes, pero nada que una pastilla no solucione.
A demás eso solo le pasaba cuando tenía demasiado tiempo libre y sus pensamientos volátiles inundaban su mente como hormigas en un charco de soda.
―Si cariño, aquí tienes. ― Dejo una pila de pancakes en el plato, mientras Peter buscaba la miel de mapple en la refrigeradora. Y Louis hoy no quería protestar, el cachorro estaba en la fase donde él quería hacer las cosas por sí solo, aunque Louis se encargaba de darle tareas sencillas. Muy sencillas y se sentía orgulloso como una mamá gallina.
― ¿Mamma, porque tú no te has vestido? ― Cerró los ojos mientras se aferraba a la taza de sus manos, con la idea de que cafeína alegraría este día nublado.
"Todavía estoy en Milán, todavía estoy en Milán"
"No de hecho, no"
―Cachorro, es muy temprano todavía. ― Mentira, las manecillas estaban en su contra, podría oír el tic tac como un jodido sonido que martillaba sus oídos. Harry podría tocar en cualquier momento esa puerta y todo acabaría.