quince

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Narra Victoria.

Me despierto en una habitación completamente blanca, miro a mi alrededor y veo un gran ventanal, giro mi cabeza hacia el otro lado y veo que tengo puesto una vía en el brazo. Intento moverlo pero un calambre me da en el brazo.

- Vicky no te muevas mucho - dice mi madre apareciendo por la habitación.

- ¿qué hago aquí mamá?

Odio los hospitales, desde pequeña siempre les he tenido mucho pánico. Nada más que el olor a hospital ya me hace sentirme mal y ver todas las cosas me pone el cuerpo malo.

- el accidente de ayer, ¿no te acuerdas?

- no, ¿qué pasó?

- yo no sé qué pasó hija.

Por más que intenté hacer memoria no consigo acordarme de nada. Solo sé que ahora mismo estoy en la camilla del hospital.

Los doctores entran y mi madre tiene que salir.

- Victoria, tienes una fractura en la pierna derecha.

- ¿cómo que una fractura?

- la pierna rota - me dice una doctora con una cara de pena.

- ¿tengo algo más?

- una leve contusión en la cabeza y algunos pequeños moratones.

- ¿y qué pasará con mi pierna?

- hay que operarte. - Yo asiento a sus palabras y me miran con tristeza.

- ¿y de cuantos meses de duración estamos hablando?

- la mayoría de casos suele ser de cuatro a seis meses. Su duración dura dependiendo de la gravedad de su fractura, de si tienes heridas cutáneas y de su gravedad.

- ¿y si tuviera herida cutáneas?

- pues podría prolongarse a los ocho meses.

- ¿y la operación?

- en la operación habría que ponerte una tablilla o un yeso. Además tendrás que usar muletas o un bastón para no cargar peso en la pierna.

Los doctores salen y me derrumbó. Me he roto la pierna. Miro mi pierna la que está completamente tapada y no puedo ver nada.

- mamá mi sueño se ha acabado - digo llorando y ella me abraza.

Mi sueño de ser bailarina profesional de ballet, no sé si podré volver a bailar ballet alguna vez más, y si podré, cuando volveré.

- no se ha acabado Vicky, ahora más que nunca vas a luchar por ello.

- mamá no.

- si Vicky si, vas a luchar por lo que siempre has querido, esto será un parón largo pero no por ello vas a rendirte. Prométemelo.

- te lo prometo mamá. - Digo con lágrimas en los ojos.

La puerta vuelve a abrirse y aparecen Gavi y Pedri.

- Victoria - gritan los dos.

- ¿qué pasa?

- ¿cómo qué qué pasa? - pregunta Gavi abrazándome.

- nos has dado un susto de muerte.

- lo siento chicos. - Digo haciendo un puchero.

- no lo sientas Vicky, no tienes la culpa.

- ¿os acordáis de lo que pasó? - pregunto y los dos asienten.

- ¿no lo recuerdas? - me pregunta Pedri y yo niego.

Entre los dos me ayudan a recordar todo y ya si es verdad que voy recordando algo.

Que las personas que están borrachas y que no pueden ni ver cojan el coche y pase lo que pase en las carreteras es cojonudo. Esta vez no ha llegado a nada más pero podría haber sido mucho peor, bastante peor.

- ¿sabes que aquí nos vas a tener a los dos verdad? - pregunta Gavi.

- lo sé pequeño - digo haciendo que ruede los ojos y yo ría. - Sois los mejores.

- vaya novedad - dice Pedri haciendo una mueca.

- por eso nunca os lo digo, que se os sube el ego.

- no sé como ahora mismo estas riendo, yo estaría muerto en vida - dice Gavi y yo tuerzo la boca.

- podría haber sido muchisimo peor, me jode muchísimo que haya sido la pierna, ha ser preferible hubiese preferido un brazo pero es que no puedo hacer otra cosa. Aún me quedan muchos meses por delante y habrá tiempo de que llore más.

Escuchamos unos gritos fuera y nos alarmamos. La puerta se abre y aparece un agitado Nico.

- vete - digo.

Pasa a la habitación quedando enfrente de Pedri, Gavi y yo.

- he dicho que te vayas, no quiero verte Nicolás.

Las palabras que salen de mi boca, me duelen, me duelen en el alma pero no hay más opción. No quiero verlo, no quiero verlo ni en pintura. Ahora mismo deseo que desaparezca de mi vida. Qué me deje en paz.

- Nico sal - le dice Gavi.

- quiero hablar con ella.

- te ha dicho que no Nico.

Los tres empiezan a pelear y yo sinceramente no tengo ganas de aguantar peleas y no tengo el cuerpo para eso.

- hablemos, pero ya te aseguro que hablo contigo porque no puedo salir de aquí.

- estamos fuera - me dice Pedri y yo asiento con la cabeza.

- tú sabrás - digo sin mirarle.

- no sé qué decir.

- pues ahí tienes la puerta - digo señalandola con la cabeza.

Él suspira y se echa las manos atrás, se peina el pelo y después habla.

- lo siento, yo no sabía lo que hacía, ella me beso y yo me deje llevar.

- dos no se besan si uno no quiere.

- te prometo que lo siento, soy un idiota, yo te quiero a ti como jamás he querido a nadie, no quiero que te vayas de mi lado, no quiero perderte Vic. Sin ti estoy totalmente hundido. No sé qué hacer sin ti.

- lo mismo que has estado haciendo siempre Nicolás, besándote con unas y con otras.

- no no haré eso, yo te quiero a ti conmigo.

- a mi ya no me tienes.

- voy a luchar por ti, voy a pelear por ti, si tengo que arriesgar mi vida por ti la arriesgare.

- Nicolás no digas tonterías por favor.

- lo digo muy enserio - miro sus ojos y sé que esta siendo sincero.

Suelto un suspiro y chasqueo la lengua.

- Nico tú sabes lo que te quiero, pero ahora mismo yo no puedo. Necesito tiempo, tiempo para mi, tiempo para afrontarlo todo. No puedo perdonarte cada dos por tres, no cuando vuelves a repetirlo todo. Hace años cuando actuabamos como novios pero no lo éramos y estábamos en nuestro mejor momento, la cagaste. Esta vez que somos novios, y que estamos en un buen momento vas y la vuelves a liar.

- esta bien, te esperaré todo lo que haga falta.

- me iré de Barcelona un tiempo Nico, necesito estar tranquila y olvidarme un poco de todo lo que me rodea aquí.

- cuando regreses, aquí estaré esperándote.

- ¿cómo es eso de que te vas? - pregunta Gavi entrando de nuevo en la habitación.

- lo necesito.

- ¿a dónde irás? - pregunta Pedri.

- a A Coruña.

- iremos a verte y esperamos que no tardes en volver porque te vamos a echar mucho de menos.

- yo también os voy a echar mucho de menos.

Rayito de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora