veintiuno

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Narra Victoria.

El pleno sol de julio hace que la habitación se ilumine por completo. Estamos de vacaciones en Mónaco, sinceramente Mónaco no era uno de nuestros destinos principales pero los dos teníamos muchas ganas de conocerlo y pasar unos días aquí. Y los días que llevamos aquí, nos está sorprendiendo para bien.

Es verdad que Mónaco es conocido por sus lujos, pero aparte de lujos es un país pequeño muy bonito. En sí, la costa mediterránea de Francia es muy bonita.

Me despierto poco a poco, giro mi cara para ver como Nico todavía duerme. Los rayos de sol impactan en su cuerpo desnudo y le dejan parecer algo más moreno de lo que ya está.

Nico es una de esas personas que cuando hace calor, se pone moreno muy rápido. En cambio, a mi me cuesta un poquito más.

Miro la hora que es y es hora de que Nico se vaya poniendo en marcha si queremos hacer algo productivo por la mañana.

- Nico despierta - susurro acariciando su pelo.

- cinco minutos más. - Pide aún con los ojos cerrados y con la voz ronca.

- Nico - digo alargando la o y él se ríe.

- anda porfi, que son sólo cinco minutos.

- bueno pues voy a darme una ducha y cuando acabe quiero que estes despierto.

- si - murmura.

Cómo le cuesta despertarse por las mañanas.

Salgo del baño unos quince minutos o veinte minutos después y me acerco a la cama para encontrarmelo todavía dormido. Niego con la cabeza y muerdo el interior de mi mejilla, si es que es imposible despertarlo.

- Nico despiertate ya.

- cinco minutos - vuelve a decir.

Salgo de la habitación y voy hacia la cocina, cojo un vaso y lo lleno de agua. Minutos después subo las escaleras hasta llegar a la habitación. Me aproximó a la cama y me quedo de pie con el vaso entre mis manos.

- si no es por las buenas es por las malas, tú lo has querido - digo y empiezo a derramar el agua.

- pero, ¿qué?

Al sentir el agua rápidamente se da la vuelta y niega con la cabeza, mientras yo me rio.

- habrá venganza, tenlo por seguro. - Asegura y yo me vuelvo a reír. - Va en serio eh.

- si si

Cuando hemos acabado de prepararnos, salimos del hotel y vamos al primer restaurante cercano para ir a desayunar algo que los dos estamos muertos de hambre.

Acabamos de desayunar y salimos del restaurante, andamos unos metros hasta que Nico me muestra unas llaves de coche. Le da al botón y las luces de un ferrari rojo se encienden. Abro la boca totalmente sorprendida.

- pero espera, ¿cómo?

- uno que tiene sus contactos - dice alzando los hombros.

Va suelta la bomba y él como si nada.

- pues hijo mío ya tendrá que ser ese contacto importante porque un ferrari no lo tiene cualquiera.

Él se ríe y abre las puertas del coche. Me monto y abro la boca, el coche es una verdadera pasada. Quien pudiera tenerlo.

- vamos a ir a ver a una persona que sé que te hace mucha ilusión.

- ¿a mi? - pregunto.

- no a mi prima - dice riéndose - pues claro que es a ti Vic.

- ¿y quién es?

- eso ya no te lo voy a decir, ya lo descubrirás tú solita.

- vale.

En unos diez minutos, llegamos al puerto de Mónaco donde están todos los barcos, y como no casi todos de lujos. Aquí es raro que no haya nada que no sea de lujo.

- vamos a subirnos a un yate. - Me comenta Nico tomando mi mano.

- ¿cómo que nos vamos a subir a un yate, Nico?

- pues subiendo - dice y se acerca a uno blanco que a primera vista es bastante grande. - Es este, vamos - dice subiendo.

Le sigo sin decir nada, de verdad que estoy un poco en shock. No me creo nada de lo que esta pasando, primero con el ferrari, después con el yate ¿y ahora qué más queda?

- ¿qué hacemos aquí? - pregunto admirandolo todo.

- vas a conocer a esa persona.

- dime ya quien es.

- que impaciente Vic - dice Nico con una sonrisa y yo ruedo los ojos.

De un momento a otro tengo a Charles Leclerc y a su novia Charlotte Sinne delante de mi. Parpadeo varias veces sin creérmelo, Nico se ríe a carcajadas y la pareja está sonriendo mientras me mira.

- ¿esto es real?

- hombre de plástico no son - dice Nico y yo me rio.

Charles y Charlotte se acercan para saludarme y yo creo que me desmayó en cualquier momento.
Me gusta mucho la fórmula uno y la sigo muchísimo. Y Leclerc es mi piloto favorito.

- Victoria es muy fan tuya Charles - le dice Nico al piloto de ferrari que sonríe.

- entonces le tendré que regalar algo.

- no hace falta - respondo.

- un pequeño detalle - dice Charlotte.

Pasamos más de media tarde con ellos en el yate, hemos comido a mediodía, nos hemos bañado en el mar. Increíble vaya, quien podría decirme a mi que iba a pasar la tarde con uno de mis ídolos.

- muchas gracias Nico - digo cuando estamos volviendo en el coche.

- que no me la tienes que dar - dice con una sonrisa.

Pasamos por al lado del casino de Montecarlo que es bastante conocido, y que aparte de ser un casino también es complejo con ballet y teatro.

Mientras vamos paseando por las calles con el coche voy pensando en cuando se hace aquí el Grand Prix de Mónaco, osea el gran premio de fórmula uno. Es uno de los circuitos más míticos y populares aparte de uno de los que más años lleva. Y es que correr por todas las calles es muy emocionante.

Llegamos al hotel y nos vamos a la ducha.

A eso de las nueve de la noche vamos a cenar a un restaurante popular de Mónaco y según lo que hemos visto, se come bastante bien.

Llegamos al hotel y empezamos a besarnos lentamente y disfrutando del beso. Nico tira sutilmente de mi labio y empiezan a ser besos muchos más bruscos y fogosos.

Una de sus manos baja hasta mi culo y me lo aprieta, mientras que con la otra me agarra de la cintura. Mis manos están alrededor de su cuello.

Nico me alza y me lleva hasta la cama, donde caemos los dos.

Seguimos besándonos sin parar. La ropa interior empieza a perderse por la habitación, hasta quedar completamente como dios nos trajo al mundo.

Cuando acabamos, me recuesto en su pecho y voy notando como la respiración de Nico va bajando poco a poco de intensidad.

- Quérote meu amor - me dice y yo me derrito.

- Quérote moito máis meu fillo.

Rayito de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora