veinticinco

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Narra Victoria.

Estas navidades están siendo diferentes a las del año pasado. No me he ido a Córdoba con mi familia, sino que me he quedado aquí con Nico.
Hace una semana fui a Córdoba para pasar unos días con mi familia ya que estos días no los iba a pasar con ellos.

Están siendo una de mis mejores Navidades. La del año pasado podría decir que ha sido mi peor navidad de toda mi vida.

Llegamos hace escasamente muy poco del mundial, unas dos semanas llevamos aquí en Barcelona. Vaya mundial más intenso pero muy merecido. Los chicos están todavía que no se lo creen mucho aunque ya van asimilandolo poco a poco que han sido campeones del mundo.

La celebración fue brutal y lo pasamos genial. Muchos cantantes españoles subieron al escenario que pusieron en Madrid para mostrar a los españoles la copa.
Los chicos en la celebración lo dieron todo, la afición no paraba de gritar los nombres de todo los jugadores. Sólo había que ver la carita de Nico para ver lo feliz que estaba.

Después de celebrarlo con la afición todos fuimos a una cena que fue organizada por el propio Luís Enrique, una cena donde las risas y bromas no faltaron.
Ahí es cuando te das cuenta que más que una selección de fútbol, es una familia unida.

El domingo pasado fue la interpretación de la obra de ballet de Navidad. En Navidad los días previos, solemos hacer una obra donde representamos la Navidad. Esto era lo que llevábamos preparando desde hace mucho tiempo.

Estoy desayunando mientras veo algo en la tele pero no le estoy echando demasiada cuenta a la televisión. Ya que tengo enfrente de mi a Nico haciendo ejercicios.

- ¿disfrutando de las vistas?

Me atragantó con la tostada y él se ríe.

- hijo mío no te lo voy a negar - digo y él niega con la cabeza.

- amor vete preparándote que nos vamos - me dice Nico mientras sale del baño recién duchado.

- ¿a dónde vamos?

- sorpresa. - dice alzando los hombros.

- ya empezamos con los misterios.

Subo a la habitación y cómo no sé donde iremos me pongo lo primero que pillo, unos vaqueros que siempre son buenos para ir a todo tipo de lugares y son más o menos formales y un jersey.

Bajo y Nico me espera para montarnos en el coche.

- ponte esto - dice sacando una venda de la guantera.

- Nico - me quejo.

- venga póntelo porfi - dice haciendo pucheros.

Es imposible negarle nada con esa carita que pone.

- anda trae.

Me lo pongo y me quedo que no veo nada, me apoyo en la ventanilla del coche mientras escucho música.

Sé que hemos llegado cuando escucho el motor del coche parar y Nico abre su puerta. A continuación, abre la mía y me da la mano.

- cuidado te vayas a caer - me avisa.

- como me dejes caer te enteras.

Él se ríe y me ayuda a bajar, suelto un leve suspiro al notar que he tocado el suelo. Nico sigue agarrando mi mano y tira de los dos.

- te voy a quitar la venda ya, ¿vale?

- dios si

Me quita la venda y tengo que cerrar los ojos. De estar completamente de no ver nada a ver mucha claridad. Los vuelvo a abrir y me encuentro con un globo aerostático.

- ¿qué es esto?

- pues un goblo, ¿no lo ves?

- pues claro que lo veo, pero ¿es para montarnos nosotros?

- claro que si

- ¿de verdad?

- de verdad.

Pego un pequeño grito y me abrazo a Nico. Siempre me ha gustado montarme en globo aerostático aunque no lo he hecho nunca porque a mis padres le dan miedo, pero si que algún día tenía claro que me iba a montar en uno de estos.

- venga vamos - me dice Nico.

Nico se acerca a hablar con el chico y después de unos minutos de conversación me hace un pequeño gesto para que me acerque.

Nos montamos en el globo y poco a poco vamos subiendo, miro a mi alrededor y se ve a la perfección todas las vistas de Barcelona. Es increíble, es una sensación muy guay.

Nico se acerca a mi y se coloca detrás de mi, me abraza por la cintura y deja un beso en mi mejilla.

- te quiero, Vic.

- te quiero más, Nico.

Siento su sonrisa en mi cuello y sonrió mirando al frente. Ojalá este momento se quedase en mi memoria para siempre.

- mira el Camp Nou - me dice Nico señalando el estadio.

- es flipante.

Siento como las manos se Nico ya no están en mi cintura y me giro para verlo. Pero al girarme me llevo una gran sorpresa.

Nico esta de rodillas con una cajita, la abre despacio y hay un anillo en su interior.

Abro la boca sorprendida y algunas pequeñas lágrimas empiezan a salir.

- sé que esto es un poco locura pero creo que es el momento. Porque yo quiero pasar toda mi vida entera junto a ti. ¿Quieres casarte conmigo?

Me llevo las manos a la boca y asiento.

- has dicho algo, no te he oído.

- claro que quiero casarme contigo. Te diría si una y mil veces más.

Me coloca el anillo en el dedo y se levanta para abrazarme.

- eres mi rayo de luz. - susurra.

- tú eres lo mejor de mi vida, Nico.

Nos besamos mientras algunas lágrimas siguen saliendo de nuestros ojos.

Estamos acabando de vestirnos para ir a cenar con los chicos, hemos decidido pasar año nuevo juntos y aquí estamos preparándonos.

Miro mi anillo y es que todavía no me lo creo.

- amor vamos que llegamos tarde.

- que no llegamos tarde, no te preocupes.

Salimos de casa y en diez minutos llegamos al restaurante. Entramos y están Ansu, Pedri, Eric y Gavi.

- hombre por fin llegáis - dice Ansu. - Ha saber que habéis estado haciendo.

Nico y yo reímos mientras negamos con la cabeza.

Saludo a todos con dos besos y me siento a un lado de Nico y al otro de Gavi.

- tenemos algo importante que deciros - dice Nico.

- no me digas que voy a hacer tío - dice Gavi y yo rio.

- por ahora no - digo.

- decidlo ya que me ponéis de los nervios - dice Pedri.

- nos vamos a casar - decimos Nico y yo a la vez.

Todos empiezan a aplaudir y a gritar nuestros nombres.

- el amor siempre triunfa, bueno eso lo dice más mi hermana - dice Eric y reímos.

- te quiero mi prometida.

- te quiero prometido mio

Rayito de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora