Cupido Negro

7.7K 635 342
                                    

Me sentía algo nerviosa, ¿La razón?, Hoy era día de San Valentín, y había estado toda la mañana pensando en si debería confesar mis sentimientos, y ser completamente sincera.

Había recibido regalos de mis amigos, y yo a ellos les había dado un cupcake decorado y unas pulseritas a juego, todos teníamos la misma pulserita; y justo ahora estábamos en clase, hablando de: el amor.

—En la mayoría de cuentos de hadas el príncipe rompe el hechizo besando a la princesa, ¿Alguien puede decir por qué pasa eso? —preguntó la señorita Bustier.

—¡Porque solo el amor conquista el odio! —dijo Rosita.

Max quiso dar una explicación a esto pero fue interrumpido por la profesora, ella se acercó a Adrien, quien había estado escribiendo en su libreta, la que le regalé de hecho, desde hace rato.

—¿Puedes repetir lo que acabo de decir? —pidió la profesora.

—El príncipe rompe el hechizo besando a la princesa porque sólo el amor conquista al odio. —respondió sin dudar.

—¿Sí pasa eso en las historias de amor? — Nathaniel me preguntó.

Lo miré y me encogí de hombros. —Ni idea, yo leo puras cosas que me quitan mi estabilidad emocional —hablé en voz baja y reímos un poco.

Pero de inmediato volví a perderme en mis pensamientos y comencé a mover la pierna mientras jugaba con mi pluma, si alguien me viera diría que estaba muy atenta a clase, la verdad era que no mucho.

—Basta, tienes que calmarte —susurró Nathaniel.

Solté un suspiro y lo miré. —Lo sé Nath, lo siento, es solo que... Estoy nerviosa. —confesé.

—¿Por lo mismo? —preguntó, yo hice una mueca.

—Y por algo más, no sé, tengo un presentimiento. —dije tocando mi pecho, la campana sonó y me sobresalté, eso hizo que mi pluma saliera volando.

—Okey, sí que estás tensa, ven, vamos a que tomes aire. —Nath me tomó por los hombros, guardé mis cosas y salimos del salón.

Estábamos caminando por el pasillo cuando revisé mi mochila y me di cuenta de que había olvidado un cuaderno en el salón.

Me detuve. —Oye, creo que dejé algo en el salón, vuelvo rápido. —le dije a Nath, él asintió.

Me apresuré a llegar al aula, cuando estaba cerca escuché la voz de Marinette leyendo un poema.

—Cuando te acercas a mí, olvido cuál es mi lugar, tus ojos profundos me impulsan a soñar, así como en el cielo miles de astros hay, tú eres mi estrella y mi razón para luchar.

Me pareció muy bello aquel poema, entré en el salón, la chica hizo un movimiento extraño y luego me sonrió.

—Lindo poema, Mari. —halagué.

—Gracias, pero no es mío, lo escribió Adrien. —dijo, y yo sentí una punzada en mi corazón, ¿Adrien le había dado ese poema?

—¿T-te lo dio él? —pregunté en tono bajo y subí a mi lugar para recuperar mi cuaderno.

—¡Ay no!, Él estaba escribiendo y al parecer no le agrado mucho porque lo tiró a la basura. —una ola de paz invadió mi ser. Espera, ¿dijo basura?.

—¿Lo sacaste de la basura? —cuestioné, algo confundida, ella mostrando una sonrisa nerviosa asintió.

Cerré la boca, preferí no decir nada. —¿Y para quién crees que sea? —pregunté.

—Para mí no creo, yo ni siquiera puedo acercarme a él —habló con desánimo—. B-Bueno, tengo que irme, nos vemos luego (T/A) y feliz día de San Valentín. —se despidió y salió corriendo aunque casi chocó con el marco de la puerta.

Unidos Por Un Misterio (Chat Noir/Adrien y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora