Puppy Party

6.3K 584 178
                                    

N/A: Okey, era una tarde de hacer nada y esta idea llegó a mi mente, JAJAJA, espero que la disfruten.

•★•・・・・・・•★•・・・・・・•★•

Las clases habían terminado, había salido a pasear un rato con mi grupito de amigos ya que unas horas después teníamos la clase de arte, y Adrien tenía esgrima, así que aprovecharía el tiempo.

Cuando Adrien tenía esgrima yo regresaba a casa, pues no tenía nada que hacer, a excepción de este día donde mi clase de arte y su clase de esgrima se cruzaban.

—¿Ustedes tuvieron una mascota alguna vez? —pregunté.

—Yo tuve un conejo cuando tenía cuatro años, me mordió varias veces el muy esponjoso. —dijo Alix recordando a su mascota-, y pues pasaron los años y murió, desde ahí no he vuelto a tener otra mascota.

—Yo tuve un pez dorado —habló Juleka—, quería un tigre pero mi mamá me dijo que no se podía, desde ese día estoy decepcionada de la vida. -todos soltamos una ligera risa.

—Yo tengo un perrito —habló Rose—, lo encontré solito en la calle hace unos años y lo adopté, aunque siempre quise un cerdito. —procedió a mostrarnos algunas fotos del perrito y todos hicimos un "awww", era un perrito mediano color miel.

—Yo tengo un canario, siempre me levanta temprano cuando canta en las mañanas —contó Nathaniel—. Y cuando era más pequeño quería una cabra, no me pregunten por qué.

Me miraron. —¿Y tú? —preguntaron.

Solté un suspiro. —Bueno, es bastante obvio que ahora no tengo ninguna mascota, pero cuando más pequeña tuve un perrito también, era bien cariñoso.

Todos seguimos caminando por algunos minutos más de vuelta a la escuela ya que nuestra clase se acercaba.

Un cosquilleo en mi pierna me dio un escalofrío en todo el cuerpo, cuando bajé la mirada vi a un perrito blanco.

—Aww, qué lindo eres. —me arrodille a la altura del cachorro y acaricié su cabecita, mis amigos hicieron lo mismo y el animal nos olfateó a todos.

—¿Me seguirían queriendo si un día despiertan y soy un perrito? —cuestionó Nathaniel.

Alix lo miró tratando de fingir seriedad pero no pudo aguantar la risa. —Claro que sí tonto, te vamos a seguir queriendo aunque seas un pollo, una cabra, un sandwich, lo que sea. —dijo.

—¿Y si fuéramos una serie de televisión?, ¿Qué se sentirá ser una serie de televisión? —volvió a hablar nuestro amigo.

—No hay que dejar que tome demasiado café otra vez. —comentó Juleka.

Entonces escuchamos una discusión a lo lejos. —¡Si no educas a ese perro lo llevaré al albergue Diane! —exclamaron.

—¡Él solo quiere jugar!, ¿¡Por qué no lo entiendes, mamá!? —una niña de aproximadamente unos siete años y su madre estaban a unos metros de nosotros.

—¡Sabes que no me gustan los perros, pero no te importó! ¿Verdad?.

—¡Sólo es un cachorro, ¿De verdad no lo quieres?! —respondió la pequeña y comenzó a caminar en nuestra dirección.

Todos compartimos una mirada sin saber qué hacer o decir.

—Ven Snowy, vamos a casa, debes ser un buen perro para quedarte conmigo. —dijo con tristeza.

El cachorro corrió con ella y se fue alejando. —Pobrecita, ella sólo quiere a su perrito. —comentó Nathaniel.

—Y se ve que el perro es muy cariñoso. —dije, todos continuamos nuestro camino.

Unidos Por Un Misterio (Chat Noir/Adrien y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora